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T A R A
James que estaba a mi lado dió unos cuantos pasos hasta llegar al centro de el gran comedor y comenzó a presentarse.
—Wow, Hogwarts se ve menos iluminado —dijo dando un giro de tresciento sesenta grados para admirar el techo.
—Si, las personas normales comienzan con un hola, James —corregí.
—¿Recuerdas que no es normal? —dijo Albus a mi lado y el cuarteto echó una carcajada.
—¿James? —dijo haciéndose presente Harry Potter.
—¡Oh, cierto! Soy tú hijo, hola —dijo moviendo su mano a los lados en forma de saludo —. Me llamo James Sirius Potter.
—¿No se supone que al yo ser tu madre deberías tener algunos rasgos a los míos? —preguntó la insoportable Ravenclaw.
—¿Mi madre? ¿Tú? —soltó una gran risa al aire —. Sueña mucho señora, pero buen chiste. Creo que ya todos saben quién es mi padre pero pocos saben quién es mi madre.
—¿Ya lo sabré? —dijo Harry.
—Ah, después. Soy Gryffindor —la mesa apludió—. Tengo diéscisiete años y mis mejores amigos son Los Merodeadores. Mis padrinos son Ron y Hermione.
Los anteriores mencianados le agradecían a Harry.
—Sé que soy muy sobreprotector, con mis hermanos menores...
—No perdiste el tiempo, Harry —dijo Ron a lo que Harry se sonrojó.
—Me llevo muy bien con mis padres y hermanos...
—Bueno, como tal... —comenzó a decir Albus.
—Cállate, no me interrumpas, soy extrovertido y me encanta divertirme con mis amigos o familia y vivo por las bromas, yo soy el consentido mi tío y me dicen que me parezco a mi abuelo, James.
—Da miedo tanto parecido —dijo McGonagall para luego tomar un trago de su vino.
—Minnie, soy tú peor pesadilla en el futuro. Soy capitán y buscador en nuestro equipo de quidditch y soy premio anual, de lo cual estoy muy orgulloso. Y el momento que todos esperaban, mi hermosísima madre es... ¡Ginny Weasley!
—Maldita sea, corre Potter —dijo Ron en lo que él y sus hermanos se levantaban. A punto de atacar, Molly tiró un hechizo para que volvieran a su sitio y no se pudieran levantar.
—¡Mamá! —dijeron los gemelos.
—¡Callados! —demandó la señora.
Todos murmuraban mientras Ginny estaba en una de las esquinas de la mesa sonrojada y con una sonrisa lo cual hizo sonreír a Harry.
—Y algo que no es muy común en estás cosas... quiero hacer una proposición. Albina, tú y yo sabemos lo que sentimos y me parece muy estúpido seguir sin ser nada con esto. Así que quería preguntarte... ¿quieres ser mi novia?
Mierda, mierda, mierda James, porque eres tan adorable, miré alrededor y lo único que me dió risa fue Fred II con las orejas rojas, codeé a Albus, lo miró y rió conmigo.
—¿Así qué que dices? —dijo James enfrente de mí ¿cuando llegó aquí?
—Sí, James, me encantaría ser tu novia —dije sonriendo lo cual el sólo lo podía ver.
Él agarró los bordes de mi capucha y los acercó a su cara para que esta tapase el delicado beso que me acaba de dar.
—Gracias, albinita. Mi albinita.
—Gracias a ti, mi rulitos.
Luego de esa escena, el profesor Dumbledore nos dijo que nos retiráramos a descansar. Mi mano y la de James iban entrelazadas y me encantaba eso.
