Capítulo 7

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–¿Cuántas estrellas crees que existan en el cielo?- Preguntó una chica aguamarina.

–Son infinitas, así que imaginó que han de existir millones de ellas.– Contestó Kaito esbozando una sonrisa hacia ella.

–Ya veo... sabes, creo que sería agradable ser una.

–¿Ah? ¿Por qué?–Preguntó con una ceja alzada y mirándola atentamente.

–Son hermosas y brillan todas las noches con tanta intensidad sin importarles que solo aparezcan en la oscuridad.–Dijo sin quitar la vista al cielo.– Esperó y ser algún día una de ellas.

–Seras la más brillante de todas.– Acaricia la mejilla de la joven.– Y yo estare a tu lado.

–¿Vivirás muchos años conmigo?

–Toda una eternidad.

(...)

–Ese maldito viejo nos odia.– Bufo Len mientras se dejaba caer en el asiento.–Mira que encargar tres exposiciones para mañana es demasiado agotante y fastidioso.

–Es el último año que nos queda.– Contestó Kaito.- Al menos trata de cumplir con los trabajos.

–Aja como digas.–Rodó los ojos y miró a su compañero.– En estos momentos estaría con una chica pero no, tengo que estar aquí perdiendo el tiempo.

–Faltar un día a una cita no te hará nada mal.

–¿Qué? Claro que me hará mal.

–No creó que esto te mate o algo por el estilo.

–No, pero después tendré mala fama de dejar plantada a las chicas.

–Oh vamos, en tu vida has roto récord en hacer eso y aún así siguen saliendo contigo.

–En eso tienes razón, no se resisten a mí.

–¿No planeas dejar tu vida de mujeriego y empezar algo serió? Te recuerdo que esto no es para siempre.

–¿Y dejar de divertirme? Nunca.–Ríe. - Además, amigo mío eres el menos indicado para decirme eso.

–Yo...yo tengo mis motivos, en cambió, tú no tienes ninguno.

–Te equívocas, yo sí tengo motivos.

–¿Ah si? A ver, dime, ¿cuáles?

–Bueno, no sé por donde empezar, algo complicado.

–Suspiró.– No tienes ninguno, sólo te diviertes y satisfaces.

–Pero me gusta hacerlo.

–Sinceramente aún no entiendo como es que somos amigos.– sonrió de lado y empezó a leer unas cuantas hojas.

–Es un misterio sin respuesta. – Dijo y empezó a reír mientras que el peliazul negaba con la cabeza.

– Eres un completo vago y mujeriego sin solución. – Alzó una ceja y se levantó para después tomar su mochila y guardar varias hojas que se encontraban regadas.

– Si lo dices de ese modo no suena lindo.– Puso una mano en su barbilla y se levantó junto a él. – ¿Ya te vas?

– Si, tengo muchas cosas que hacer. – Quitó un mechón rebelde de su cara y comenzó a caminar hacia la salida.

– Hey, ¡espera! – Llamó su atención el rubio y comenzó a caminar hacía él con una sonrisa.–Hagamos el trabajo de una vez.

–¿Escuche bien?– Preguntó con cierto asombro. Era demasiado extraño que su mejor amigo hablara a acerca de hacer un trabajo.

Detrás de ti  (LukaxKaito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora