Acorralada en dos amores

~ Capítulo 9-"Tranquilidad" ~

Me levante de golpe al escuchar la alarma de mi celular -en verdad que me había pegado un susto- estaba aun soñolienta, por alguna razón no pude dormir bien en toda la noche, era como si algo me preocupara, o bueno no lo se...

Busque algo de ropa y me dirigí al baño -no me fije bien y ni me importaba, nadie importante me vería- una hora después ya estaba lista y me dirigía al ascensor de mi edificio para bajar, pensaba comprarme algo en un lugar que viera abierto y luego seguiría el rumbo hacia mi casa, con mi hermanito querido, que se suponía que estuviera llegando ya por mi.

Decidí llamarlo, pero me mandaba a buzón. No seguí intentando, si no tenía razón de el no tenía que ser por nada malo. O bueno eso quiero pensar.

- Es temprano linda, no pensaba que eras de esas chicas que madrugaban en sus días libres.

Casi chille cuando escuche su voz, estaba concentrada en mis pensamientos que no me había dado cuenta de su presencia, hasta que hablo.

- Eso puedo decirlo yo de ti, no pensé que fueras madrugador.

El río a todo pulmón, como si le hubiera echo cosquillas o algo así, en verdad que empezó a contagiarme lo, pero lo disimulé.

-¿He dicho algo gracioso?, porque a mi no me lo pareció. - dije molesta, aunque ni lo estaba.

- Lo siento linda, pero es que... - medito algunos segundos hasta que al parecer encontró las palabras - no lo se, me a parecido gracioso. - dijo alzando los hombros, parecía un crío.

- Que bien. - aparte mi mirada, pero antes de hacerlo pude ver como ponía una mueca extraña, y termine sonriendo.

Se inclinó un poco quedando a mi altura, aunque no era tan bajita, de echo. Pero el es más alto que yo.

- ¿A quien esperas?

- Lo siento Óscar, no quiero ser mal educada pero, no te importa. - dije mirando al frente.

- O, entiendo... - se paro frente a mi, lo mire con los ojos bien abiertos - esperas a tu novio.

- No tengo novio, creó que antes te lo he dicho. - mire al suelo incomoda, con su mano hizo que lo mirara.

- Lo se, pero se me olvida todo cuando estoy con tigo. - el me miraba fijamente a los ojos, pero yo evite su mirada.

- No empieces... - ni pude terminar de hablar, el me coloco un dedo en los labios, y sin alguna razón me quede embobada mirando los suyos.

- No empiezo nada, es la verdad linda. Como puedo demostrarte que me tienes loco, di me que hacer para que me hagas caso, di me y yo lo hago. Solo tienes que decirlo y del resto me encargo yo.

Me aleje de su contacto roja de vergüenza. Enserio el chico que me encanta me esta diciendo todo esto o yo solo estoy soñando. Pero si es un sueño, no quiero despertar.

- Óscar, no se... esto es tan raro.

El me miro algunos minutos, minutos que me parecieron una eternidad.

- Si quieres te llevo a donde quieras, te prometo que no voy a morderte, bueno si eso es lo que quieres. - Me sorprendió la facilidad en la que cambio el tema tan rápido.

- Ya vienen por mi, gracias de todas formas. - ignore lo último que me dijo, sabia que si le daba importancia me iba a poner como un tomate de lo roja que me pondría.

Antes que pudiera darme la vuelta para caminar a la salida, me llega un mensaje, al parecer de mi hermano.

~ Mensaje ~

- Hermanita bella, se que me mataras, pero... No puedo ir por ti. Se que es tarde ya para el mensaje pero, lo siento hermosa. No me mates por favor. Di le a mamá que llegare un poco tarde, que surgió un problema. Luego te digo, si. Te amo.

~Fin mensaje~

- Lo matare, en verdad que lo haré. - le murmuro al celular como si el fuera el culpable de yo tener un hermano malo y desconsiderado, me a dejado plantada. Genial. Esto es increíble, en verdad que lo es. 

- ¿Que pasa muñeca, te han dejado plantada?

Lo ignore, me puse a pensar a quien podía llamar para que me viniera a buscar, pero las personas en las que pensaba o no tenía auto o ya estaban lo bastante lejos como para regresar a buscarme.

- Linda, si te han dejado botada, yo te puedo llevar a donde quieras.

Lo mire algunos segundos a ver si estaba jugando con migo, pero no, estaba serio y me miraba atento esperando una respuesta.

- No gracias, llamaré a alguien para que me busque. - ¿Pero a quien? Dije para mis adentros. 

- Como quieras linda, mi oferta sigue en pie.

- Gracias, pero no.

Se da la vuelta, y mis esperanzas de llegar a casa temprano se iban disolviendo. Lo miro caminando hacia su coche. 

Por llegar a casa tomo la decisión de aceptar la oferta de Óscar, pies sinceramente es mi única opción. 

Corro lo más rápido que mis piernas me permiten, llego por fin a su lado con la respiración muy agitada. El solo me mira y me sonríe, con esa sonrisa de triunfante. Como si ya supiera que he decidido irme con el. ¿Tan evidente soy?

- Que bueno que te decidiste linda, no quería irme sabiendo que te quedarías aquí sola y desprotegida. - dice con una sonrisa de triunfador.

- ¿Me podrías llevar a mi casa?

- Claro que si muñeca, cuando te dije que te llevaría a donde quisieras no lo decía en broma. Y la verdad no tienes ni que preguntarme lo con solo decirme que te lleve para mi es suficiente muñeca.

Solo sonrió, el coge mi maleta y mi bulto, los coloca en el baúl y me abre la puerta. Tan lindo el. No... para Emma, esto es un sueño, esto es un sueño.

Me subo al coche y el cierra la puerta, me pongo el cinturón y el se sube. Pone algo de música y arranca. Solo llevábamos 55 minutos y me estaba poniendo loca por el silencio que había.

Para matar el silencio opté por decir alguna tontería...

- Y que tal

- ¿Estas aburrida cariño?

- ¿Cariño?

Me miro y empezó a reírse sin pudor.

- No e dicho nada gracioso, no entiendo porque te ríes. - Dije muy molesta. 

- Vamos niña, no te enojes. Solo es un mote cariñoso, nada malo ni nada fuera de lo normal. 

- Osea, ¿que es normal decirme cariño y ponerme motes estúpidos a cada rato?

- Si quieres saber si le pongo motes a todas las chavas,  pues deja me decirte que estas muy equivocada. Solo lo hago con tigo. 

- ¿Con migo?, ¿soy especial para
ti?

- No sabes lo especial y lo importante que eres para mi Emma. 

Esas palabras me cayeron como agua helada a mi frágil cuerpo. Fueron tan lindas y a la ves me sentí muy incomoda.

- Que pasa muñeca, ¿te molesta que te ponga motes? ¿te molesta que yo te los ponga? ¡Dime!

- No se... No estoy acostumbra a los motes, además no entiendo nada de esto...

- Lo entenderás con el tiempo, yo me encargare de que lo entiendas y que veas que lo que quiero con tigo es verdadero.

Y así reino de nuevo el silencio, y ni me molesto en absoluto.