CAPÍTULO 7

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nota: Holaaaaa!! Ya estoy de vuelta! He decidido continuar con la historia. Espero que os guste y no olvidéis votar y comentar. Un saludo<3


-Eh! Despierta.

Mi mente había divagado al doloroso recuerdo de aquel día. Había centrado mi mirada en un punto en el horizonte y me había dejado llevar por la inmensidad de mis pensamientos. Otra vez.

Habíamos seguido avanzando por los corredores. Ya no llevaba la cuenta de por dónde íbamos ni a donde nos dirigíamos. Me sentía distraída.

-Parece distraída-comentó Petrov sin volverse ni detenerse.

Yo desvié mi mirada a mis pies. Durante la última hora no me había sentido muy bien. Notaba a toda la gente de aquí como una oportunidad de rehacer mi vida; pero ahora ya no sentía mucho eso. Había olvidado la gente que había dejado atrás. No. La que me habían obligado a dejar atrás. Y, aunque fuera poca, eran importantes para mí. Eran mi familia y me habían arrebatado eso.

Unos minutos después del comentario de Petrov nos detuvimos delante de una puerta casi irreconocible. Petrov puso una tarjeta delante de esta y a continuación pude ver lo que había dentro. La estancia tenía forma circular y no era muy grande pero tampoco pequeña. Pegadas a las paredes y situadas por toda la sala había estanterías llenas de libros antiguos de todas las clases y colores. Al fondo, había un espacio con una escalera que separaba las estanterías de la derecha con las de la izquierda y subía en espiral hasta quedarse a unos metros del techo. Y detrás de esta había un pequeño espacio con un escritorio de madera con algunos artilugios encima. Supuse que estábamos en lo que parecía una especie de biblioteca y oficina.

El soldado ya había llegado hasta el escritorio y con un gesto me pidió que me acercara.

Al hacerlo distinguí debido a las marcas de agujeros y rayas y al color, que este era de madera de secuoya. También había una silla.

Sin que me lo sugiriera me senté.

El soldado también lo hizo y seguidamente me pasó un papel con un código escrito. En él se leía:

<<2000>>

-¿Qué es esto?-pregunté con una mueca extraña en la cara.

-Su número de identificación, por ahora. Hasta que no realice las pruebas no podemos asignarle la tarjeta final que le servirá para poder acceder a las instalaciones.

-Estupendo. Y, ¿ahora tengo que ponerme un traje naranja y vivir en una celda?-pregunté sarcásticamente.

-Puede dejar el sarcasmo. No es muy tolerante aquí. Además, no he acabado todavía. Aquí tiene su horario-dijo entregándome otro papel lleno de tablas con palabras y números.-La tabla de la izquierda son las horas a las que tiene que realizar cada actividad mientras que a la derecha se indican cada una de ellas. Ahí puede ver las clases, entrenamiento y tiempo libre que tiene. Ahora tenemos que volver a salir. Todavía nos queda un último sitio por conocer y luego es el toque de queda.-dijo mientras se levantaba y se conducía a la salida.

Yo le eché un último vistazo antes de salir, pero bastó ese segundo para darme cuenta de lo que realmente me había llamado la atención de esa sala. Todo en el edificio, búnker o lo que sea donde me encontraba era de color blanco y si acaso, algunas eran como mucho marfil o gris; pero esta sala no. Presentaba tonalidades de todas las gamas de colores, lo que la hacía especial, pensé.

-¿Por qué esta sala no es blanca como las demás?-le pregunté al soldado.

Este se giró hasta quedar a mi altura caminando y contestó.

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⏰ Last updated: Jun 28, 2017 ⏰

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