Prólogo

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-Somos una familia...normal en algunos aspectos.-le explico.

–¿Por ejemplo?-pregunta divertido.

–Nos turnamos para poner la mesa, nos peleamos para conseguir el mejor sitio del sofá, las cosas que hace una familia normal.-me encojo de hombros.

–Con el extra de que algunos podéis llegar antes que otros al sitio del sofá ¿no?-sonríe, con su sonrisa, esa sonrisa que me encanta.

–Sí, hay que aprovechar las ventajas.-se ríe.-No te hará tanta gracia cuando alguno te quite tu puesto en la cola del baño. No todas las habitaciones tienen baño propio, no es el caso de la de invitados.

–Gracias por dejar que me quede aquí.-dijo agradecido.

–No hay problema, no pensaba dejar que pasaras las fiestas solo. Por cierto, para que estés avisado y no me echen las culpas a mí como los buenos hermanos que son, no toques la comida que tiene alguno de sus nombres, no ingieras ningún alimento, bebida o polvo que te den, y sobre todo ten ojos en la espalda. Ah, ¡y cuídate de los gemelos!-digo mientras corro al lugar de donde provienen los lloros.

–¿Qué gemelos?-pregunta asomándose a la barandilla de las escaleras.

–¡De todos!

DiferentesWhere stories live. Discover now