6. Una puesta de Sol.

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- Disculpa por venir antes... yo he hecho algo malo, Damian

- Camila... sé que has vomitado

. ¿cómo sabes tú eso?

- tus ojos están llorosos,, y la presión sanguínea se nota anormal

- ¿me perdonas?

- yo no te debo perdonar... tú debes perdonarte, Camila

- ¿podemos irnos, ya?

- claro.

Damian toma unas llaves de encima de su escritorio, se saca su delantal blanco, y se cruzó un bolso de cuero café. Lo miro, media desorientada, me siento mal. Puso sus manos sobre mis hombros con cuidado, y me dirigió por los pasillos blancos y desolados del pueblo fantasma de la locura, nombrado como "Sección psicología". El contacto de sus manos me hace sentirme bien, me siento protegida. Ahora me doy cuenta de cómo necesitaba eso.

Cuando llegamos al súbterraneo, le digo al chofer, Jaime, que puede marcharse. Él se preocupa por mí. Íntento calmarlo.

El auto de Damian es un jeef, ni tan viejo, ni tan nuevo. Me abre la puerta, y cuando entro a su auto, es uno bastante limpio, con medicamentos en la guantera, radiografías y cuadernillos en el asiento trasero. Él se sube, y pone sus manos al volante.

- Gracias por estar siempre allí cuando lo he necesitado...-. le digo agradeciendole-.

- siempre estaré allí para tí, Camila. Lo prometo.

Cuando él detiene el auto, lo hace en un mirador. Justo en la puesta de Sol.

- ¿recuerdas cuando te dije que la ida era como una puesta de Sol?

- sí.

- Está es tu puesta se Sol... no lo olvides

- ¿creés que algún día me curaré?-. digo preocupada-.

- ya casi, Camila. Tú no necesitas medicamentos, tú necesitas un amigo, y puedo ser yo.

- Damian... quiero probar la marihuana

- !¿Qué?! !¿Estás loca?! -. dice bastante furioso-.

- no... sólo quiero saber lo que se siente...

- ¿qué se siente qué?

- Quiero sentirme igual de feliz como la gente que la prueba, Damian

- ¿acaso no te vasta con mi amistad para sentirte feliz?

- !Yo no quiero tú amistad! !Quiero más de tí!

Un silencio se guarda en el auto. Llamo por télefono a Jaime, que en minutos aparece en el mirador esperándome. No me despido de Damian, me siento enferma, impotente, furiosa. ¿Cómo es posible que Damian no me comprendiera?

El camino a casa es largo. Nunca Acaba.

Tame Impala, su música me droga. Siento que no podría volar más alto. Damian no se va de mi cabeza, y no puedo evitar sentirme culpable. Había discutido con la única persona que realmente valía la pena... y no se sentía bien.

Dulce Amargo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora