Cara de culo

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 Capítulo Seis

Narra el chico del bondi.

 La noche anterior Valentina, mi mejor amiga, se quedó a dormir en casa, ya que teníamos que terminar un trabajo práctico y se nos hizo tarde. Obviamente que no había problema alguno ya que fuimos muy unidos desde antes de empezar la primaria y nuestros padres eran viejos amigos.

La conocí en jardín, cuando en sala de cinco se cambió a mi colegio. Éramos tan chiquitos. Ella siempre tenía atado su pelo rubio con dos colitas, pero el día donde comenzó nuestra amistad lo tenía suelto. Esto hizo que mientras aprendíamos a usar las tijeras, sin querer y queriendo cortar una forma en el papel, lo que terminé cortando fue parte de su pelo. En aquel momento me disculpé, pensando que iba a llorar, pero sonrió y me dijo que siempre quiso cortarse el pelo, aunque no podía porque su mamá no la dejaba. Lo importante es que las maestras me pusieron una mala nota y su mamá al verla casi se puso a gritar. Ella se reía de lo que pasaba, estaba contenta, le había cortado el pelo y, desde ahí nos volvimos los mejores amigos.

Me desperté con una alarma distinta pero conocida. El típico sonido del despertador de un Samsung, el cual me irrita, no dejaba de sonar porque mi amiga es super fiacuda y le encanta dormir. Así que me levanté de la cama, apagué su despertador y me fui primero al baño, no sin antes tirar de su pie para asustarla. Al terminar ambos de prepararnos, desayunamos y decidimos ir juntos. No había nada mejor que ir junto con mi mejor amiga al colegio.

Salimos de casa hablando de cosas tribales. Y así sin darnos cuenta, en menos de cinco minutos, habíamos llegado a la parada. En esta, Valentina empezó a sentirse mareada, entonces la ayudé a estabilizarse.

Cuando llegó el bondi, la ayudé a subir mientras que la agarraba de la mano para que no se caiga. Estando dentro del colectivo, lo mismo, la ayudé a sentarse en los primeros asientos. Una vez que tomó un poco de agua de la botella que siempre llevaba al colegio, le consulté si se seguía sintiendo mal o si necesitaba algo, a lo que ella respondió que no sonriendo y me agradeció dándome un beso en el cachete.

Y en ese entonces, sentí que me miraban. Giré la cabeza y vi a la chica del bondi mirarnos con cara de culo. 

El chico del bondi.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora