Choi Young Jae

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Me encontraba repasando las 500 hojas de contabilidad para un examen no muy lejano de la fecha actual. Eran las 4 a.m, Choi estaba en una fiesta de ingreso, este era el segundo año de estudio en esta ricachona Universidad. ¿Privilegios de tener padres adinerados? Caprichos, ropa, Gucci, etcétera, etcétera. Pero claro, donde hay privilegios también hay consecuencias. La exigencia de este lugar, aveces puede hacerte llorar y no bromeó, ya he llorado varias veces.

Mis párpados estaban cayéndose, pero mi cerebro seguia funcionando. Cada oración me iba aburriendo más. Debí ir a la puta fiesta. Toda la jodida Universidad de parranda y mua acá, estudiando para un examen que esta a 2 semanas de hoy.
Podría ir en este momento, pero ya que, los pendejos ya deben estar por ir a sus camitas, já novatos. En mi época de rebeldía las fiestas duraban hasta que salía el sol, y la otra semana ya hacia otra. Pero bueno, recibía reclamos tanto como de mis vecinos, como de mis padres, me mandaron a una escuela muy estricta y me acomodaron. Pero de todas formas tengo un vista muy diferente a la que tenía en esos tiempos. Ahora quiero estudiar y poder ser alguien en el futuro, yaaass gurl.

Cuando ya no pude más, me lancé a mi cama. Intenté mirar el techo como en todas las películas o series o libros dramáticos. Pero estaba la cama de Choi. Del enojo, levante mis piernas y comencé a patear la litera. Para mi suerte termine con un tan lo y un colchón sobre mi. Solté un grito de frustración y me arrastre para salir de allí. Por suerte mi hermoso rostro no sufrió ningún inconveniente, pero mis ojos tenían lágrimas. Es como dije antes, la Universidad, los padres estrictos, no haber salido de la adolescencia aún con 23 años y tener de compañero a Choi con su jodida cama, es estresante. Además del hecho de que mi yo intelectual ha rechazado la oferta de ir a una fiesta, en vez de estar llorando porque estoy hasta los huevos de esto.

Un estruendo me hizo dar un brinco. Fui corriendo a la cocina y busque un cuchillo. Claro un ladrón iba a entrar a un edificio cuidado por guardias, muy lógico ____. Me acerqué al lugar del cual provenía el ruido. Pudo haber un violador, un ladrón, un otaku, mi mamá, un niño rata, el chico raro de la era clase. Pero era Choi, Choi Young Jae. El nombrado estaba tirado en el suelo, con una lámpara rota debajo de el.

-ESTOY BIEN BQJSHAJ- según mi detector, este chico llevaba unos litros de alcohol en su sangre.

-¿La pasaste bien? -pregunté irónica.

-¿Qué no me ves? Ayúdame perrita hermosa. -solto como si fuese un macho azotador, un Gray, un semental sementalizado. (inventanding palabras)

Una cara poker ser formó en mi rostro, Di la media vuelta y volví al dormitorio.

-Ve a darte un baño, puerco.- dije mientras caminaba como un sicario hacia mi, digo, nuestra hermosa y querida habitación.

No se escucharon más palabras, pero se oían los pasos brutos que realizaba Choi, luego se escucho como abría el grifo y finalmente un golpe junto con un chapuzón. Escuché un grito de parte de el, desesperada, creyendo que se había roto la cabeza contra un borde y luego me acusarian a mi por asesinato, fui corriendo a ver si todo estaba en orden.

Choi estaba empapado. Mis hormonas se alborotaron al ver la remera blanca de Choi, transparentada y pegada a su torso, dejando ver unos cuadraditos, no exagerados, si no de un hombre que parecía ser sano.

-¿Quieres pasar tu lengua por aquí?. -acarició su torso, pero bajo su mano hasta donde tenía su cosa y comenzó a sobarla.

Di un gritito y fui corriendo a la habitación. Con el pulso al 1000 y el corazón en la garganta, guardé mis apuntes de contabilidad, arregle como pude la cama de Choi y me tape velozmente con mis sábanas. Creí que si actuaba como dormida no iba a hacerme nada.
No habían señales de un Choi caliente cercanas, pero el agua seguía cayendo en el baño. Derrepente, dejaron de escucharse los chorros cayendo. Apreté mis ojos, rezandole a Willirex que me salve.
Oí como entró a la habitación y como la toalla que posiblemente haya estado enredada en su cintura cayó al suelo. Pero por suerte luego escuché un par de ruidos más que me calmaban, el que ,as lo hizo, fue el de el metal de su cinturón chocandose, es decir, de que tenía sus pantalones puestos. Voltee silenciosamente, sólo para ver que sucedia. Pero fui atrapada con las manos en la masa.

One Shots 《K-Pop》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora