Ashton

Las inseguridades y la canción de las 3 A.M.

Luke se encontraba en la habitación del hospital, solo con su madre y acompañado por Michael, los hermanos Nazar-Hood y sorpresivamente, Ashton.

—¡Oh, vamos, Ashton! —rió Michael—. ¡Es obvio que te gusta Savannah!

Ay, Dios. Calum se tensó mientras todos reían y Ashton se notaba terriblemente incómodo. Sabía que tenía a un enemigo y medio, porque Luke había logrado llevar bien la relación con Ashton. Pero Calum… era diferente. Podrían llevarse a la perfección si no fuera por culpa de Savannah.
Savannah y sus besos con Ashton. Savannah y sus abrazos con Ashton. Savannah y sus sonrisas con Ashton. Savannah y Ashton.
Calum odiaba la relación que observaba a la distancia pero se culpaba internamente por negar sus intentos de hablar con la castaña de ojos marrones. Temía que Ashton ya se había ganado su confianza y eso lo empujaba hacia atrás. Ashton avanzaba con Savannah y él, sin embargo, retrocedía dos lugares.

—Eso no es cierto —negó Ashton—. Es muy linda pero no pasa nada serio.

—Pero quisieras que pase —contestó Luke—. ¡Vamos, amigo! La has besado, la has arrancado de su casa de noche, la has abrazado cada momento que estaba triste. ¡No lo niegues, Ashton!

—Admítelo. No importa que yo esté aquí, Ashton. Se te nota de lejos —dijo Calum—. Pero no noto que a ella le gustes —agregó.

Calum sonreía por dentro y daba saltitos al ver que Ashton ensombrecía su rostro al escucharlo. ¿De verdad Savannah no gustaba de él?

—Me ha besado. Me conoce bastante y yo a ella. ¿Y qué si no le gusto? Al menos podré decir que lo he intentado.

Touché.

Calum cerró la boca y se hundió en el sillón negro que estaba al lado de la cama de Luke. Tomó su celular y no dijo otra palabra. Finalmente el tema Savannah quedó de lado cuando Ashton admitió que le gustaba la chica.
Isla se reía de las conversaciones y le daba igual que sus amigos dijeran groserías de vez en cuando. Luego de unos minutos de risas, ella recordó la fiesta que tenían planeada con el grupo.

—Oye, Lukey, casi lo olvido. El viernes luego que te salgas de aquí, haremos una fiesta en nuestra casa. Es privada, solo seremos nosotros y lo que pase allí, queda allí. Acuérdate.

—Lo tendré en mente —contestó el rubio.

En ese momento, entró Marie, la enfermera de Luke, y tras ella Savannah e Ilina.

La enfermera le enviaba miradas a Luke mientras sus amigos miraban por la ventana de la habitación.
No se podía descifrar la situación más saber que Ilina y Savannah estaban distanciadas. Calum y Ashton no congeniaban y Michael e Isla estaban unidos por una conexión más fuerte que el acero, aunque lo negasen manteniendo distancia.
Todos tenían una extraña conexión más fuerte que el mismo Ashton. Nadie terminaba de conocerlo pero aún así, éste logró unir al entero grupo para que luego todo cambie.
Por su parte, Savannah pensaba en mil cosas a la vez, tanto así que parecía estar a punto de perder el control y caer rendida al suelo. Ilina la miraba a unos metros de distancia, sabiendo a la perfección lo que le sucedía a su amiga pero sin querer acercarse por miedo y orgullo. Calum y Ashton miraban a la castaña a diferente manera: Ash, con ojos brillantes, expectantes y preocupados. Sus ojos parecían prenderse fuego al intentar revelar tantos sentimientos no encontrados. Calum… él solo la observaba a la distancia no sabiendo qué hacer o decir para lograr hacer un pequeño hueco en el corazón de la chica.
Isla miraba a Ilina queriendo parecerse a ella: con piel porcelana, blanca y suave como un guante de seda. Su belleza era insignificante a sus propios ojos, por lo que veía la hermosura en su amiga y no en su propio reflejo. Michael observándola a la gemela Hood, con los ojos con los que miraba a los diez años, enamorado de la primera niña que vio en la escuela. Solo que no sabía si estaba enamorado o si le rompería el corazón como le sucedió a él anteriormente. Tenía tantos factores en su contra, que no entendía si era Isla o si era Julieta y él Romeo; inundado en un sentimiento que lo abandonaría a la muerte.