—Juvia este asunto no te concierne— me respondió Lucy-san que se colocaba al lado de Erza-san.

—Juvia teme decirle que a usted ni a Erza-san les concierne, donde, con quien, y que ha estado haciendo— dije mirando fijamente a ambas chicas —Es la vida de Natsu-san y por ende él no tiene que dar explicaciones— terminé de decir, mientras tomaba más fuerte a Natsu-san de su mano para guiarlo a una mesa donde estaban Gajeel-kun y Levy-san.

Las horas pasaban en el gremio, hasta que se vé entrar al mismo a una chica de cabello blanco y plateado, todos le saludaron con entusiasmo pues, venía con nada más ni nada menos que los dragones gemelos de Sabertooth.

Mientras Gajeel y Levy leían un libro, o mejor dicho leía para Gajeel, Natsu y Juvia que estaban sentados juntos en la misma mesa que el dúo de la bella y la bestia, acompañados de dos exceed uno de pelaje azul cielo y otro de color negro, estaban platicando sobre lo que hicieron en la tarde y que cuando irían por las pertenencias de la maga elemental a la casa del DS del fuego.

—Natsu-san ¿Cuándo puede Juvia ir por su ropa a su casa?— preguntó con un tono inocente y algo tímido el cual sorprendió al DS del hierro, el cual automáticamente malinterpreto lo dicho por la maga.

—Cuando quieras Juvia, sabes que mi casa es tu casa— le respondió el pelirosa con una sonrisa, la cual hizo ruborizar a la maga de agua.

Gajeel que solo escuchaba la conversación de ambos magos, mientras en su frente se marcaba de forma pronunciada, para acto seguido tomar del cuello del chaleco al pelirosa.

—¿Cómo qué "Mi casa es tu casa"?— preguntó con obvio enojo el pelinegro —¿Por qué dice Juvia que debe recoger su ropa a tu casa Salamander? ¿Qué le hiciste a mi hermana?— Natsu solo lo miraba sin entender porque se enojaba, hasta que algo en su cabeza hizo click.

Ropa de Juvia en su casa, casa de él, un hermano sobreprotector, una chica bella y de buenas proporciones, su casa, volvió a recalcar, ropa de Juvia en ella.

—Gajeel deja de pensar que le hice algo a Juvia, como marcarla como mía— le dijo casi gritando, pero lo suficientemente bajo para no atraer la atención del gremio.

Mientras dos peliazules y dos exceeds los miraban con cara de asombro y la maga de agua con una cara más roja que el color de cabello de Erza.

—Más te vale Salamander, porque sí le haces algo te mato— lo dijo de manera tan amenazante que hizo que a ambos magos opuestos les corriera un escalofrío por la espalda.

Así paso el día entre peleas y discusiones de ambos DS, mientras unas peliazules les miraban divertidas y una que otra vez avergonzadas por las cosas que decían, finalmente cayo la noche.

Todos iban a sus casa menos un pelirosa que quería hablar con el maestro, pues tomaría una decisión que cambiaría su vida, para un posible bien.

Pero no lo haría solo, pues una maga de agua le esperaba mientras el anciano y el pelirosa hablaban.

Una vez terminada su charla Natsu sale de la oficina del mismo y vé a la joven peliazul dormida en una de la mesas, pensó en llevarla a Fairy Hills pero no quiere tener que lidiar con Erza, al menos todavía no, por lo que optó por llevarla a su casa.

Paso la noche, dando paso a la fresca mañana, una joven peliazul despertó en un cuarto que no era el de ella, pero inmediatamente reconoció el lugar, dado que estuvo ahí el día anterior que Natsu le mostró su casa, a su lado estaban un Natsu y un Happy en medio de ambos, durmiendo tranquilos, la peliazul no pudo evitar quedarse quieta y admirar al dueño de sus pensamientos más constantes.

Con cuidado acercó su mano a la mejilla del joven mago, acariciándola, mientras se acercaba para besarle una vez más como aquella ocasión en el bosque, logrando su objetivo, pues sus labios se posaron encima de los del pelirosa, sintiendo la calidez que emanaban.

Se quedo así unos segundos hasta que noto como el pelirosa iba despertando alejándose lentamente hasta estar en su posición original, mientras se encontraba mirando aquellos orbes jade.

Ambos se miraban, era como si todo se hubiese esfumado, solo ellos dos, sumidos en su mundo único; la mano de la joven acarició levemente la mejilla del pelirosa, mientras se acercaba nuevamente, pero se vió interrumpida por un pequeño felino que estaba despertando.

Y así paso la mañana, un Natsu confundido por la acción de la maga de agua, mientras ella actuaba como si nada, ocultando su nerviosismo, pues deseaba besarle de nuevo, pero ya no dormido, quería besarlo, mientras el estaba despierto, esperando que le correspondiera.

~Hijo de ella no debes alejarte, mantenla a tu lado, solo así evitarás caer ante la obscuridad, mantén a aquellas personas que te quieren y apoyan.

Tienes a tus hermanos, a tu padre que espera verte, una mujer que sin saberlo, se enamoró de ti hace ya tanto tiempo.

Pronto podrás hacer frente a todos aquellos que se atrevieron a lastimarte, podrás ver a través de los ojos de un dragón, pues tú, hijo mío, debes volver al trono que te pertenece~

Todo era tranquilidad, pero ese día, la era del Dragón ojinegro del Inframundo, iniciaría sus preparativos...

Pronto todas la piezas estarían reunidas, solo es cuestión de tiempo...

























¡Hi! He me aquí de nuez con nuevo capítulo, este es más de romance que nada, pero ame escribirlo x3

Espero que les guste y que esperen el siguiente capítulo con hartas ganas de más xD


La Derrota del más Fuerte «Navia» [EDITANDO]Where stories live. Discover now