VII. Autógrafo

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Ya casi no quedaba espacio en el yeso, con una carita feliz me hubiera bastado.
-Solo faltas tú, Oscar.
Me giré, asombrado, al oír mi nombre en sus labios.
-¿Yo? -no salia de mi estupor.
Asintió, levanto un poco el pie dejando a la vista un trozo de yeso.

Me incliné para escribirle que la amo, pero no pude.

Be my girlfriend, please?Where stories live. Discover now