Ambos se miraron de una forma tan intensa que ambas mujeres los observaron con sorpresa. Parecían hablarse en silencio. Magalí frunció el ceño al percatarse que algo que no terminaba de entender estaba sucediendo allí, y Bea carraspeó.

—Bueno, creo que iré a buscar un poco de torta de manzana. ¿Alguien quiere? —inquirió llamando la atención.

—Jaque Mate —dijo entonces Esme y Leo sonrió negando.

—¿Siempre vas a ganarme? —inquirió con dulzura, Magalí frunció más el ceño, definitivamente algo estaba sucediendo.

***

Los días fueron pasando y los ensayos avanzaban, Esme se sentía cada vez mejor por estar participando en ese proyecto, cantar con la banda le encantaba. Pasaron todas las primeras pruebas y avanzaron sin problemas las primeras etapas del concurso. En la escuela, todo había cambiado de un día para el otro. Luego de escuchar a la banda el día de la presentación previa a la etapa de calificaciones, todos quedaron admirados de la voz y la capacidad que tenía la chica de trasportarlos a todos con su talento. Era cierto que estaban acostumbrados a oírla cantar en misa, pero eso era otra cosa, Germán había logrado sacar lo mejor de cada uno de los integrantes del grupo y se veían y oían como profesionales, pero Esme, ella era genial.

Así, sin más, todos empezaron a acercarse a ella. Algunas chicas le hablaban o le invitaban a ir al cine o de paseo, los chicos comenzaban a tratarla como igual. Era cierto que desde que fingía ser novia de Leo la habían dejado de molestar, pero eso era solo porque sabían que él la protegía, sin embargo, de repente, parecía que todos la aceptaban como una más.

Las chicas del grupo de Luli y Camila seguían ignorándola, pero a ella no le importaba demasiado. Se sentía a gusto siendo parte del grupo, sintiéndose igual al resto. Al principio le dio miedo y desconfianza, temía que buscaran algo más, hacerle alguna broma, llevarla al ridículo... pero luego simplemente fue sucediendo. Tefi solía hacerle algunas bromas sobre que se encontraba celosa porque ya no solo debía compartirla con Leo sino con las otras chicas y chicos que se querían acercar a ella, Leo le decía que se acostumbrara, que era el inicio de su carrera como artista, Esme solo sonreía y negaba con la cabeza.

Aquel viernes, todos se encontraban en la casa de Germán, habían decidido los tres temas que tocarían el sábado. Habían quedado diez grupos y todavía quedaban tres rondas, dos serían el sábado y los que pasaran a la semifinal, tocarían el domingo.

La emoción estaba a flor de piel, y todos se encontraban entusiasmados. Mientras descansaban de uno de los ensayos, Luli y Camila llegaron al encuentro.

—¿Cómo va todo por aquí? —preguntó Camila saludando.

—Bien, ya casi estamos —respondió Germán—. Estaba pensando que quizás ustedes podrían ayudarnos con algo —añadió.

—¿Con qué? —preguntó Luli.

—Necesitamos una imagen para el grupo, ustedes son buenas en esas cosas de moda y todo eso, ¿qué tal si se encargan de eso?

—¡Me encanta! —respondió Camila emocionada.

—Me gustaría que todos estuviéramos a tono —añadió Germán—. Algo vistoso y moderno.

—Nos pondremos a ello ahora mismo —dijo Luli asintiendo.

Ambas se tomaron de la mano y caminaron hacia una esquina donde sacaron una Tablet que una de ellas traía en la cartera y comenzaron a mirar opciones.

—Eso me da miedo —dijo Esme—. Yo no puedo vestir las ropas que ellas acostumbran, tengo miedo de que me hagan quedar en ridículo.

—Tranquila, no dejaré que eso suceda —zanjó Leo besándola en la frente, Esme sonrió, a veces su chico era muy sobreprotector, pero no le desagradaba cuando se ponía en ese plan.

El ensayo continuó por unas horas más mientras las dos chicas trabajaban entusiasmadas. Al término del mismo ambas explicaron sus ideas para la ropa de cada uno.

—Esme tiene que estar preciosa —dijo Leo mirando a ambas—. Más de lo que ya es —añadió mientras su novia se moría de la vergüenza ante aquel comentario que lo que buscaba era amedrentar a esas chicas.

—Haremos lo que podemos —respondió Camila divertida—. ¿Quieres acompañarnos mañana a la tienda de la tía de Nadia? Ella alquila vestidos y puede que te consigamos alguno.

—Okey... —respondió Esme algo insegura mirando a Leo y a Germán.

—Yo las acompañaré —dijo Tefi acudiendo en ayuda de su amiga y para cerciorarse de que esas chicas no tuvieran ideas desastrosas.

—Solo asegúrense de que esté en el salón para el medio día y... nada de bromas de mal gusto —dijo Germán mirando a ambas de manera amenazante, ellas solo asintieron.

Aquella noche, Esme no pudo dormir, la ansiedad y los nervios que le provocaban las pruebas finales y la idea de salir con sus enemigas de toda la vida, le hacían sentir incómoda. Temía que la llevaran a hacer el ridículo y también que las cosas en las pruebas no funcionaran como esperaban, todos parecían haber puesto sus completas esperanzas en el grupo, pero en especial en ella y eso se sentía como un peso difícil de manejar. 

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Ni tan bella ni tan bestia ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora