La tregua

Capitulo 2-De paseo en la gran ciudad junto con mi nuevo amigo.

("Okay, préstame, me toca a mí... Sí, sí luego te lo devuelvo")

Muy bien, al despertarme lo primero que me di cuenta fue del esplendor de la ciudad, eran pasadas las 2 de la madrugada, pero la ciudad parecía igual de despierta. Luces deslumbrantes, autos frenando, acelerando, gente gritando e insultando. Que relajante.

Me levante con todo el cuidado que pude para no cortarme con el cristal y me dirigí hacia la puerta lo mas rápido, tomando mi cartera y unos Van's, y salí corriendo hacia las calles de la ciudad, esquivando carros al pasar las calles, manteniéndome lejos de vagabundos y borrachos, maravillándome con las voces, los anuncios, las tiendas, los teatros,etc.

Seguí caminando hasta que me encontré con un extraño lugar del que salían olores tan deliciosos que me fui obligado a entrar. Filas de mesas y sillas unas al lado de otras, gente comiendo la fuente de ese delicioso aroma, me acerqué hasta lo que tenía entendido se llamaba mostrador.

–¡Buenas noches!, bienvenido a Carne en su jugo express, ¿que desea?– dijo una señorita vestida de verde con un sombrero en forma de plato de sopa.

–Qir n pt gnd y qsdila–

– Disculpa, ¿que dijo?- me respondió la chica con cara desconcertada.

–¡Qir n pt gnd y qsdila!- dios, que incompetentes son las empleadas de aquí pensé.

–Señor, ¿Usted sabe hablar español?–

–Clsmao quu so, qurt sree rtui hebindo–

–Disculpe, si no habla bien no puedo servirle, salga de la fila–

La chica me empujo para atrás mientras atendía a otro tipo, peor yo necesitaba respuestas. ¿A que se refería con que no hablaba español? Pero al pensar en eso, otras cosas empezaron a surgir en mi mente, como por ejemplo, cuales son los nombres de mis mejores amigos, que día nací, de que color son los ojos de Jess, sin importar cuanto me esforzaba por recordar, parecia que alguien estaba bloqueando esos recuerdos.

No.... ¡Es imposible! ¡Esto no puede estar pasando!

Salí corriendo tratando de llegar a la casa,pero cada vez me era mas difícil moverme y concentrarme, no perder el control se volvía insoportable. Con dificultad logre regresar a la habitación y recostarme antes de que un grito perforara mi mente.

–¡QUE RAYOS ESTA PASANDO!–

No, no, debía ser mi imaginación, sigo dormido tratando de recuperar fuerzas y esto es solo un mal sueño.

–¿¡QUÍEN ESTA HABLANDO!? ¿¡POR QUÉ NO ME PUEDO MOVER!?–

Okay, es real. Esta pasando. Tengo que hacer algo. No puedo echar a perder la misión.

–¿¡QUIEN ERES!?–

–Okay, mira, no se como esta pasando, pero tienes que tranquilizarte, esto duele.–

-¿¡TRANQUILIZARME!? ¿¡UNA VOZ EMPEZO A HABLAR EN MI CABEZA Y CONTROLAR MI CUERPO Y ME ESTA DICIENDO QUE ME TRANQUILICE?! ¿¡QUIEN RAYOS ERES?!

-Te diré mi designación, en serio, no podremos llegar a ningún lugar si no te calmas y tenemos muchas cosas que hacer, ¿ de acuerdo?-

–.... Esta bien–

–Muy bien, buena elección Aiden, mi designación es SCP-987.–

–¿Qué se supone que sea eso? ¿ Tú nombre? un momento, ¿Cómo sabes el mío?–