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—Tenemos que hacer esto rápido —cierro la puerta detrás de mí—

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—Tenemos que hacer esto rápido —cierro la puerta detrás de mí—. Muy rápido.

Inna se levanta del sillón y me mira confundida.

Estoy mojada, no se me pudo ocurrir una mierda más lógica que esa. De todas las posibles mentiras en la vida se me ocurre decir que estoy mojada. Son en momentos así que necesito que alguien me cachetee.

—Carajo, Camille, ¿pero qué demonios te pasó?

No estoy muy segura de eso.

—Baches —digo, quitándome mis zapatos y tirándolos a un rincón. Reegan toma una de las toallas del armario y me la tira en el aire—. El bache Rouseff y Dawson me detuvieron y me las ingenié para que me dejaran pasar, pero fui muy obvia. ¿Dónde está Paris?

—En la habitación de los chicos. El edificio está cerrado gracias a ella así que nadie podrá entrar —nos dice Inna.

Perfecto.

—Estupendo —celebra Reegan—. Vamos a preparar nuestra sorpresita para ellos. Inna, ¿cuánto le pagaste a los conserjes?

Reegan da vueltas por la habitación metiendo nuestras cosas dentro de la caja para la broma.

—Cincuenta dólares. No les van a dar la llave a Jaxx aunque llore como una nenita. ¿Necesitas algo más?

Hago una pequeña revisión en mi cerebro. No, me parece que estamos listas. Solo debo cambiarme.

Mientras Inna y Reegan hablan sobre lo que harán , me doy la más rápida ducha para luego cambiarme a mi uniforme, uno de los que tengo seco, obviamente. Me pongo unas medias negras hasta las rodilla y unos tenis negros. Me hago una cola alta y listo.

Luego de verme al espejo unos segundos, apago la luz y cierro la puerta asintiendo hacia Inna y Reegan. Hora de irnos. Salimos de nuestra habitación asegurándonos de que esté con llave. Cuando estamos afuera del edificio le mando un mensaje a Paris diciéndole que estamos en camino y no tardamos en llegar.

Ella me responde con una carita feliz.

Cinco minutos después, exactamente a la una y quince, llegamos al edificio. Es período de clase así que no es sorpresa que esté desolado afuera pero en definitiva se siente extraño.

Paris nos abre la puerta y cuando entramos, la vuelve a cerrar con llave. ¿De dónde sacó la llave de la puerta principal?

Corremos hasta la habitación de los nenes, en pasos rápidos pero silenciosos, como si fuera una misión espía. Saco la llave de mi bolsillo y la meto en la herradura. Le doy una vuelta y listo.

Jamás he estado tan feliz en mi miserable vida como en este momento, pero no hay mucho tiempo para celebrar. Los chicos puede que estén en clase pero no debemos confiarnos tanto. Debemos movernos rápido.

Vinilo Vol. 1 : Mrs. and Mr. Pranks. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora