《 Pokémon Special 》 | One-Shots |

Tormenta de amor | Granted

[Grantedshipping]
Lance x Yellow

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Hoy era día de pesca en ciudad Vermilion. Las aguas parecían tranquilas a pesar de que en las noticias de la región de Kanto se rumoreara un aluvión con grandes consecuencias en el mar.

La joven del sombrero de paja y ojos olivo era acompañada de un chico el doble de alto que ella, de cabellos rojos y una capa que lo identificaba como el domador de dragones Lance.

Quienes los veían, los admiraban con gracia. ¿Quién diría que el gran Lance saldría... De pesca?

¡Nadie señores, nadie!

Pero ahí estaban, ambos caminando, Yellow con dos cañas de pescar mirando hacia adelante, mientras que el mayor se dedicaba a mirar hacia todas partes menos hacia la bella chica a su lado.

Estaba nervioso, un tanto nervioso.

Era su primera vez pasando un momento agradable con esa chica desde el suceso de Dragonair en ese mismo lugar.

Un buen momento que no fuesen las visitas que ella le hacía en el Lago de la furia en Johto o en la Liga Pokémon.

Además, cabía la casualidad de que el chico no sabía pescar.

Llegaron al puente que conectaba al S.S. Anne con la ciudad y se sentaron en una de las orillas, para que la chica sacara su caña y le pasara la otra al pelirrojo.

—¿Pasa algo? —le pregunta la joven dulcemente—. No has hablado en todo el camino. ¿No te ha gustado venir?

El chico la miró, admirando los ojos preocupados y algo apenados de la chica rubia conocida como "el caballero del bosque verde".

—No, Yellow, no es eso. —le trató de dar una sonrisa, pero no podía hacerlo—. Venir a este lugar me recuerda... A algunas cosas. Lo siento, no era mi intención hacerte sentir mal.

Ella le puso su pequeña mano en el hombro del mayor, quién se sobresaltó un poco. Su corazón latió un poco más rápido.

—Las cosas ya pasaron, Lance. Y el tema ya está olvidado. ¿Por qué no te relajas y pescas un poco? —y le extendió la caña.

Ah, lo olvidaba. Tampoco sabía pescar.

Miró la caña como si fuese un objeto que nunca hubiese visto en su vida y la chica, al contemplar su rostro indescifrable se largó a reír dulcemente.

Ahh... Como le gustaba que ella riera.

—Me tomaste por sorpresa. —sonrió Yellow—. Yo te enseño, Lance, no es tan complicado.

—Lo dices porque tú pescas todos los días, señorita. —el joven se cruza de brazos y hace un mohín, provocando aún más risas por parte del dulce ser que se encontraba a su lado—. No se de qué te ríes.

La chica se relajó y sonrió.

—Eres muy tierno. —dijo con sinceridad y sus mejillas se tornaron algo rojas, al igual que las del aludido.

Se miraron por unos segundos eternos, sus corazones latían muy fuerte.

Lance tosió.