Capítulo 2: Charlas interesantes.

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Fue un día hermoso luego de haber cerrado la cafetería, nos dirigimos a la casa de la abuela, donde íbamos a realizar una bella cena familiar, sí, casi parecía acción de gracias.

Erin trajo algunos regalos para cada uno, no era necesario pero ella era así, a mí me obsequio un montón de ropa, sinceramente no tenía idea de por qué, según la abuela esa era su forma de purgar su culpa, y vaya forma, bueno en fin, no me quejo.

Yo estaba sentada viendo tranquilamente una de las revistas de moda que Erin trajo consigo, y desde mi asiento podía oír como la abuela le reñía sobre el vivir tan alejada. Maire no era una mujer de esas que coartaban la libertad de sus hijos, ella amaba a su hija menor pero entendía que ella ya había encontrado un lugar en el cual hacer su vida, lo aceptaba incluso a pesar de que vivía en otra provincia y no estaba físicamente con ella muy a menudo, lo que realmente molestaba a la abuela era el hecho de que Erin se comunicaba poco, es decir ella llamaba todas las semanas, pero eran llamadas en las cuales no decía nada, no expresaba nada personal, y se la pasaba preguntando si estábamos todos bien, eran conversaciones banales, y eso sacaba de quicio a la abuela.

Mi celular vibró y cuando lo revisé no me sorprendió que fuera un mensaje de la Erin en el grupo de la familia en WhatsApp, sí, un mensaje con muchos emojis en los cuales clamaba por auxilio, de mis labios salió una carcajada al leerlo y ella me miro de mala manera, podía ver claramente que en este preciso instante no era su persona favorita, la dejaría sufrir un poco antes de salvarla de la temida charla sobre relaciones con el sexo opuesto que la abuela siempre quería darle, después de todo ella era la única de sus hijos que no había formado una familia.

A pesar de mi madre no se había casado, ella me tenía a mí y había hecho el intento de conseguir una pareja, las cosas no salieron como ella esperaba y el hombre resultó ser un niño con pantalones que le quedaban grande. Y pues mi padre es el tema tabú de toda la familia, todos cayeron en sus mentiras, incluso el tío Fergus le creyó la sarda de mentiras que profirió. Él fue el primer amor de mi madre y su primera decepción, pero al parecer en los planes de Owen hubo un fallo, un pequeño error, yo. No fui planeaba, y bueno, nací mientras mi madre apenas había terminado el primer semestre en la universidad, pero nada le impidió cumplir sus sueños, y en la actualidad somos ella y yo contra el mundo, también contamos con el apoyo de la familia así que en realidad no estábamos solas.

—Deberías visitarnos más a menudo —dijo mi abuela a Erin—. O al menos presentarnos a las personas que forman parte de tu nueva vida. ¿Por qué nos excluyes?

Mi abuela le dirigió una mirada acongojada a Erin, y yo al notar que la situación se empezaba a poner un poco tensa y con un aire melancólico decidí intervenir.

— ¿Erin dónde está el libro que me prometiste? —pregunté un voz alta—. No lo encuentro.

— ¿Tú nunca me llamarás tía cierto? —preguntó risueña—. Estaba en la maleta roja, es más ya te lo busco.

Erin se levantó del asiento, pidió disculpas a la abuela, y caminó hacia donde había dejado sus pertenencias, le dirigí una breve mirada a la abuela, ella tenía la cabeza gacha, lamenté que se sintiera así, pero Erin era tan hermética y no estaba preparada para hablar con ella como cuando era una adolescente, incluso creo que de la familia la única que sabe más o menos como va su vida soy yo.

Me levanté del sillón y caminé detrás de Erin, cuando llegamos al lugar en el cual estaban sus maletas, ella me miró y dijo:

—Gracias, sinceramente no sabía qué le iba a contestar y no estaba preparada para su interrogatorio sobre mi vida sentimental.

El torpe amor de LeslieWhere stories live. Discover now