Me da una bofetada y en consecuencia con el dorso de mi mano golpeo el tabique de su nariz de la manera en la que lo hacía de pequeño porque sé que eso lo hará lagrimear de inmediato, está no es la excepción. Lleva una mano a su nariz y parpadea continuamente mientras lágrimas comienzan a salir. Hago lo que siempre hice en el pasado: río.

—Oh, pequeño llorón. Los años pasan y nada cambia—me incorporo jadeando y sintiendo dolor en muchas áreas donde me golpeo. Me siento a su lado.

—Esa mierda duele, Jeremy. No importa cuántos años pasen. Debes dejar de hacer esa jodida cosa ¡Duele!

—Es divertido verte llorar cuando te golpeo ahí—me río y él también termina riendo limpiando las lágrimas que derramó.

—Maldigo el día en el que descubriste que golpearme ahí lastima.

—Lo siento, lamento haberte dicho eso cuando siempre me has apoyado.

—Solo quiero ayudarte Jeremy y honestamente creo que lo más sensato es que mamá lo sepa por ti y no que explote en su cara.

»Paul está suelto y esa mujer es una maldita arpía, podrían simplemente querer lastimarte diciéndole a mamá, dándoles su versión. Entiendo que no debe resultar fácil, pero todo lo que mamá merece es honestidad de nosotros sus hijos.

—Entiendo lo que dices, pero no sé cómo hacerlo. Me duele—volteo a verlo—. Me duele imaginar lo que ella va a sentir, me duele recordar y me duele que aun cuando han pasado años eso nos haga daño.

»Estoy muy asustado sobre ser el padre de ese niño, porque él no tiene la culpa Doug, pero tampoco sé cómo voy a sentirme. Sé cómo hacer lo correcto, pero no sé cómo sentirme sobre ello. Estoy asustado de ser un terrible hombre no capaz de enfrentar tal situación. Siento que este problema me queda grande.

Noto la humedad rodando por mis mejillas. Doug toma mi cabeza y presiona su frente de la mía para que lo observe.

—Ninguna situación te queda grande. Asústate todo lo que quieras, aquí estamos quienes te acompañamos. Nunca actuarías de mala fe. Todo estará bien, lo prometo, Jeremy—palmea mi mejilla con demasiada fuerza haciéndome reír—. Y por favor, no vuelvas a golpearme el tabique de la nariz nunca más, cada vez que lo haces duele como el demonio.

—Y te vuelve un bebé llorón.

Rueda sus ojos y me libera riendo, limpio mis mejillas con mi camisa y luego ambos observamos al frente.

»Voy a decírselo, pero no hoy. Cuando me sienta listo.

—Está bien.

***

30 de junio, 2014.

Mi celular vibra y cuando lo saco se trata de una llamada entrante de Naomi. Muerdo mi labio, quiero contestar pero de igual manera no sé cómo sentirme luego de soltar esa noticia la última vez que nos vimos.

Decirle que prácticamente fui tratado como un gigoló. No para alguna ganancia que fuera para mí y no porque lo quisiera. Naomi tiene tantas cargas que dudo que quiera echarse las mías al hombro. Pasé de lucir como un hombre sin problemas y grandes responsabilidades, a ser un hombre con grandes cargas y un pasado turbio.

Y ella ni siquiera tiene idea aun de cómo casi mato a Paul con un bate, como la única forma en la que paré fue porque mamá tomo mi brazo. Estuve a poco de volverme un asesino.

No sé cómo lidiar con la idea de dejar ir a Naomi cuando todo lo que quiero hacer es acurrucarme con ella y que me abrace. Desearía solo haber permanecido en nuestra burbuja en Brasil, no sabía que me esperaba tal desastre en Londres.

Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora