Primera travesura

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Primera travesura

"La cena de año nuevo escapó sola"


-¿Te pidió que fueran novios? ¡Wow! Felicidades Ryeo –Su hermano blanqueó los ojos a su lado, los brazos cruzados y la mirada fija en la televisión

-Pues ya era hora de que el tonto cabezón se atreviera

-Dile a Min que escuché eso...

-Wook dice que...

-Esa era la idea. Iré a mi habitación ahora. –Vio al mayor levantarse con su tan acostumbrada expresión de odiar a todo el mundo –Dale mis buenas noches a Wookie –Y así, sin más, abandonó la amplia habitación, dejándolo en el odiado silencio.

Dando un suspiro, Hyukjae se despidió animadamente de su amigo Wook, deseándole de paso una feliz navidad –dado que ya había pasado la medianoche- antes de cortar la llamada. Él amaba hablar con su amigo, pero su mellizo había mermado su buen humor abandonándolo en la ya planeada maratón de películas románticas de ésa noche. Odiaba cuando Min hacía eso. Sólo lo hacía extrañar aun más al tierno chico que alguna vez fue su hermano mayor. Pero bueno, así era su vida, debía acostumbrarse.

Sus ojos vagaron por la habitación, deteniéndose en el estúpido pez de peluche que colgaba sin ninguna gracia en la pared más cercana a su cama. Era un peluche bastante feo y triste, con pelusas entorpeciendo los oscuros ojos y el azul algo desteñido de su cola. Increíble pensar que apenas lo tenía desde hace un semana, 2 tal vez. No lo recordaba con certeza. ¿Cuándo lo había enviado Sungmin a sacar a Ryeowook y Yesung de la comisaría? No podía recordarlo, su memoria era un completo asco. Aunque nunca tan mala como la de la persona que lo había acompañado aquel día.

Lee Donghae. Terrible Lee Donghae. Una tragedia andante que causaba desastres donde fuera que pusiera el pie. O las manos. O la mirada. Ya lo había dicho, una verdadera tragedia.

Una tragedia que lo traía loco.

Volvió a suspirar, rememorando los ojitos grandes y risueños de su mayor dolor de cabeza, su sonrisa boba y alegre, la forma en que siempre decía estupideces cada vez que separaba esos hermosos labios rosa suyos. Y su cabello castaño... ¡Ah! ¡Su cabello era tan suave! Con un sutil aroma a chocolate y castañas, y eso mezclado al masculino olor de su perfume... Daban ganas de estar a su lado todo el bendito día. Pero luego el menor hacía una babosada y todo se iba por la borda.

-Cariño... Hyukjae, hijo, te estoy hablando –Parpadeó extrañado ante el llamado de su madre, viendo a la mujer sonreírle cariñosamente mientras Sungjin y Sungmin reían de quien sabe qué estupidez que el mayor le había contado al más pequeño de los hermanos Lee

-¿Dónde tienes la cabeza últimamente muchacho? –Negando, golpeó por bajo de la mesa la pierna de su mellizo cuando éste volvió a reír ante la pregunta de su padre

-ha de estar pensando en peces...

-¿Peces?

-¡Ah Jinnie! A tu hermanito Hyukkie le gustan mucho los peces últimamente

-¡Sungmin!

-¿Qué pasa Hyuk? Oh, yo he visto como ves a Nemo

-¡Cierra el pico Min!

-no veo qué es lo malo de que diga...

-Lee Sungmin, deja en paz a tu hermano de una vez. –El rubio frunció el ceño, presionando fuertemente los labios en una tensa línea –Eres el mayor y te comportas como un crío insufrible

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