CAPÍTULO 6: LA TORMENTA

Începe de la început
                                    

Su mente había alcanzado a la realidad.

* * * *

Cuando Lycan abría la puerta de su dormitorio y se asomaba, observaba la de Adalia al final de aquel pasillo que compartían. Siempre sentía la tentación de acercarse. Avanzaba decidido y con prisa, pero se arrepentía a apenas tres metros de llegar, reprimiéndolo y dando media vuelta para regresar, quedando apoyado en el marco de su entrada sin dejar de mirar en esa dirección.

A veces oía ruidos o susurros, incluso a veces pequeños gritos y gemidos de dolor. Siempre emanaba una preocupante oscuridad densa y fría, y ahí era cuando comenzaban a atormentarle todas aquellas preguntas, tantas dudas y sospechas, sin encontrar respuesta lógica a nada.

Pasaron días convirtiéndose en semanas, Enid siempre intentaba hablar con ella. Tocaba a la puerta y se sentaba a contarle las cosas nuevas que aprendía con el Mago. Los nuevos conjuros, la magia negra que podía convertir en magia blanca para utilizar las pócimas y hechizos prohibidos para muchos, la teletransportación... Se estaba abriendo un nuevo mundo para ella con Merek. También le contaba que solía enviar cartas a Almárea de vez en cuando para contarles a sus padres con detalle su progreso y su vida en el castillo, y muchas otras cosas que ellos querían saber.

Muchos días, Lycan se quedaba escuchando a Enid encerrado en su dormitorio, sentado contra su puerta mientras miraba por la ventana, ausente de sí mismo, puede que con la esperanza de que la Princesa consiguiera hacer salir a Adalia. Así estuvieron mucho tiempo, y Enid no se daba por vencida, y tanto Adalia como Lycan agradecían esa conexión con la realidad, ese toque a tierra que necesitaban para superar sus propios muros.

La Princesa siempre volvía, día tras día, después de la comida a la misma hora. Incluso comenzó a llevarse los libros de conjuros y pócimas para practicar allí en el suelo mientras le hablaba. Tanto Adalia como Lycan se habituaron a escuchar las historias de Enid, por aburridas que fueran, los dos agradecían su insistencia.

Al estar en ese pasillo, se cruzaba con Lycan como mínimo una vez al día, siempre que él bajaba la bandeja con los platos sucios tras terminar de comer allí solo. No cruzaban miradas, ella le tenía un poco de miedo, su actitud no era como esperaba. Y él tampoco salía mucho más de su dormitorio, no tenía la necesidad de hablar con nadie, ni con su hermano. Él sabía que Enid siempre estaría allí hablando con Adalia y eso era suficiente, pero Enid no sabía que él también estaba atento a las historias.

Lycan no le negaba la palabra a nadie, si llamaban a la puerta les dejaba entrar, pero no tenía mucho que decir. Se sentía cansado la mayor parte del tiempo, como si no tuviera fuerzas, ni quisiera tenerlas.

Muchas veces Enid debía practicar con Crystal por la ausencia del Mago, él tenía sus propias prácticas e investigaciones con nuevas magias que encontraba. Por lo tanto, varios días después de la visita a Adalia, Enid bajaba a verla.

Se dio cuenta de lo avanzada que estaba Crystal, le intrigaba conocer su historia, así que, un día cuando estaban con otra tarea, una nueva pócima difícil de preparar, Crystal se animó a ayudarla con ello en el invernadero que había en los jardines traseros con más plantas e ingredientes de las que había visto en su vida. Enid no conseguía destilar bien una de las plantas, y a Crystal se le daba muy bien la preparación y esa parte de la magia.

- Oye, Crystal - empezó a decir Enid mientras trabajaban -...llevas mucho tiempo aprendiendo con el Mago, ¿verdad?

- Así es. No es tarea fácil, a decir verdad. Pero es buen maestro.

- ¿Y cómo acabaste en este castillo?

- Fue mucho después de marcharse Adalia, yo realmente no la conocía hasta que nos vimos en el bosque. Solo había oído hablar de ella. Yo, en realidad, vivía lejos de aquí, en el mundo humano.

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Jun 15, 2017 ⏰

Adaugă această povestire la Biblioteca ta pentru a primi notificări despre capitolele noi!

El Alma PartidaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum