Capítulo 4

43 2 0
                                    

Mientras esperaba a mamá y a Ken no tenía nada que hacer, pensé en escribirle a Marc, pero no es mi intención hostigarlo, ya mucho hizo al seguirme.

Decidí escribir un Tweet: "¿Alguien para hacer una videollamada? Muero de aburrimiento. 😭"

Recibí varios comentarios, los iba leyendo cuando vibró mi teléfono por otra notificación: un mensaje de mi crush. ♥

@marcbartra: ¿Videollamada? ¿Es en serio?

@doherzaia: ¿Te estás burlando? 😣

@marcbartra: Para nada. ¿Yo puedo?

@doherzaia: Más te vale, eh. ¿Puedes que?

@marcbartra: Uy, si. Te tengo tanto miedo. 😂
Llamarte, duh.

@doherzaia: Deberías. Claro que puedes llamarme. Mi teléfono está en la descripción de Instagram.

@marcbartra: Okay. Espera mi llamada.

¡Oh my god!

Alguien por favor pellízqueme. No puedo creer que va a llamarme. ¿Como se escuchará su voz? ¿Se verá tan bien como en las fotos? ¿Por qué está haciendo todo? ¿Será que... Un zumbido me sacó de mis pensamientos, era mi teléfono, y sí, era una llamada. «Si cumplió» pensé. Observé la pantalla «Número desconocido». Respondí y de no ser por que estoy sentada, me hubiese ido de espaldas. Era él, supongo que estaba terminando de bañarse puesto que el cabello mojado le caía sobre la frente y tenía el torso desnudo.

Era, sin dudar, una vista maravillosa.

—Perdona mis fachas, acabo de bañarme.— Dijo, confirmando mis sospechas.

—No te preocupes. Podría acostumbrarme a verte así.— ¿Lo dije o lo pensé? Por su gran sonrisa y sus mejillas coloradas puedo deducir que lo he dicho.— Lo siento, no debí decir eso.— Me ruboricé.

—Tranquila, no te culpo.— Guiñó uno de sus hermosos ojos.

—Que humilde, Marc.— Nótese mi sarcasmo.

—Lo sé... ¿Zaia, verdad?

Asentí.

—Zaia Doherty— Sonreí.

—Zaia Doherty— repitió.— Me gusta, tiene estilo.— Sonrió.

Iba a responderle cuando se abrió la puerta, llegaron mamá y Ken.

—¡Zaia!— Gritó Ken y corrió hacia mí.— Te extrañé.— Me abrazó.

—¿En serio?— Sonreí.— Yo también Chiquitín.— Besé su frente.— Hay sándwiches en la cocina.— Dije refiriéndome a mamá.

—Está bien, cielo. ¿Quieres uno Ken?

—Si, por favor mami.— Dijo él.— ¿Qué miras Zai?— Tomó mi teléfono.

—¡Hola pequeño!

¡Joder! Había olvidado que estaba hablando con Marc.

—¿Marc Bartra?— Preguntó confundido.— ¿Por qué no traes camiseta? Zaia no debe verte así. De por sí ya está obsesionada contigo.

—Cállate Ken. No es mi obsesión.— Me defendí.

—¡Ken! Ven a cenar, hijo.— Lo llamó mamá. ¿Acaso no pudo haberlo hecho antes?

—¡Ya voy, má! Después hablaremos, les digo a ambos.— Señaló a mi, y a mi teléfono.

—¿Obsesionada conmigo?— Rió Marc.— Se que soy soy muy guapo pero ¿obsesionada?

—Y muy humilde también.— Rodé los ojos.— No estoy obsesionada contigo.

—Si tu lo dices, Zai.— Volvió a reír.

—Y si lo estuviera, ¿qué? No pasaría nada. Tu estás al otro lado del mundo, eres varios años mayor que yo, no te gusto,  y lo más importante: tienes novia. Jamás podría pasar algo entre nosotros.

—Eso suena como que acabas de admitirlo.

—Lo hice, Marc. Me gustas, desde que te vi por primera vez.— Mi voz estaba débil y mejor no continué hablando.

—Ésto es tan... confuso.— Se pasó las manos por el cabello.— Yo, yo no se que decir. ¡Diablos!

—No digas nada. Si no quieres seguir hablando conmigo está bien, lo entiendo.— Colgué.— Estaré en mi cuarto, mamá.

—Está bien, cariño. Descansa.

—También tu. Dulces sueños Ken.— Me despedí, y subí a mi habitación.

Me tiré en la cama y me quedé mirando al techo, meditando sobre lo que acababa de pasar.

Hoy fue un día muy intenso.

Debo confesar que una parte de mi se arrepiente de haberle cortado la llamada; pero otra, mi parte orgullosa, desea que sea el quien me busque para disculparse pero ¿de qué? El no hizo nada, el error fue mío por haber confesado mi atracción por él. El no tiene porque buscarme, si no vuelve a hablarme lo aceptaré.

Apagué mi teléfono y me dormí.

«Mañana será otro día» pensé.

El Cielo En Sus Ojos (Marc Bartra) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora