Enterrando el pasado.

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Yo:

Una vez más se encontraba con esa chica, delgada, cabello oscuro, la misma a la que él acaricio su mejilla frente a mi. Estaba a punto de besarla cuando...

"Shot through the heart and you're to blame, darling, you give love a bad name"

Pego un salto y caigo de la cama. Siempre he pensado que las canciones de Bon Jovi son bastante buenas, pero me parece que en esta ocasión no fue buena idea ponerla de despertador. ¡05:00 a.m! Me sobo un poco el golpe que recibí en la cabeza al caer y me levanto del suelo. Otro día más de escuela y esa imagen viene a mi cabeza por tercera vez, aunque presiento que el día de hoy no será tan malo como los anteriores.

Como todos los días, mi madre prepara el desayuno mientras mi padre espera en la sala y bebe el café de olla que tanto le gusta. Yo, al igual que siempre, trato de lucir lo más "femenina y atractiva" posible (dicen que eso atrae a los chicos, aunque, en realidad, no sé si por ahora quiero atraer a alguno). Elijo el atuendo de ese día, tomo mi toalla y me dirijo a la ducha. Mi madre dice que suelo bañarme con agua tan caliente que serviría para pelar pollos lo cual me parece bastante gracioso.

Al caer el agua caliente sobre mi cuerpo intento bloquear esos pensamiento en mi mente pero me resulta imposible, pues entre más lo intento, menos lo consigo, no puedo evitar recordar aquella escena que ahora se ha convertido en un sueño recurrente, él acariciando su mejilla y estando a punto de besarla mientras yo llegaba feliz a su colegio para darle una sorpresa por los meses que llevábamos cumpliendo de novios, lamentablemente la sorprendida fui yo, ¿quien lo diría? Mi novio y mi mejor amiga besándose.

Salgo de la ducha y me pregunto ¿cuando lograre superarlo? O ¿algún día lograre hacerlo? Suspiro y me arreglo a toda prisa pues el tiempo se había agotado y tenía que romper mi propio récord de llegar tarde a todos lados ya que tan solo me quedaban 10 minutos, los mismos que tenía que emplear para arreglar mi cabello, maquillarme, preparar mis libros y desayunar, pero... mejor de desayunar ni hablamos, mi cabello es lo primero. Sonrío y me veo al espejo.

- ¡Elah, que superficial eres!

Arreglo rápidamente mi cabello, me maquillo, meto todos los libros a mi mochila y salgo corriendo.

- ¡Otra vez no vas a desayunar! - Replica mi madre molesta.

Tomo un pedazo de pan tostado, sonrío y salgo de casa.

Al correr hacia el autobús, le hago la parada y subo a toda prisa intentando no tropezar, observó un lugar al fondo a un lado de la ventana, me dirijo a el y tomo asiento. Volteo hacia la ventana, es un día nublado, pero, no de esos días grises y tristes, sino, más bien, alegre y con vida. En definitiva, ¡hoy será un buen día! Sonrío al mismo tiempo que choco contra la barra que está en el asiento de enfrente, me asusto y observo una chica, bastante simpática, por cierto, cruzar por la calle muy sonriente con un café en mano, como desearía tener ese café en mis manos en este momento y como desearía golpear al chofer por semejante enfrenon que dio. Lo ignoro y miro el reloj, como dije, romperé mi récord de los días que más tarde he llegado al colegio.

Tú:

Un día más sin dormir, ya casi es hora de levantarme y solo pienso en lo trágico que es perder 17 años de tu vida con alguien que jamás lo mereció, y lo peor de todo es que no valió la pena. ¿Por qué sigo perdiendo el tiempo en lo mismo? Aún estoy a tiempo de escribir una nueva historia, justo como se lo dije la última vez que hablé con ella, así que manos a la obra, bueno ya habrán notado que es lo que estoy haciendo justo ahora, pero no hay que adelantarnos y mejor les cuento como el amor siempre hace su magia.

Bien, decido levantarme antes que suene la alarma con el nocturno 20 de Chopin que me encanta, aún así lo dejó sonar pues en ese piano, esas notas tienen algo que siempre me levanta el ánimo, me doy un baño, me arreglo para una cita que tengo cada día con la vida, hoy no será la excepción, veamos qué aventura nos tiene el destino, me visto formal, hago mi desayuno y salgo a tiempo como cada mañana rumbo a mi maravilloso empleo, recorro las calles de la ciudad en mi bella motocicleta estilo chopper que tanto amo, ella si nunca me dejaría, es tan relajarte sentir el viento en el rostro y, lo más increíble, ver el amanecer mientras conduces.

Es usual que ante tal maravilla de pronto me encuentro pensando de nuevo en el pasado, pese a mis esfuerzos por bloquear estos pensamientos, mi mente hace de las suyas y termina recordando un pasado realmente trágico. Las mentiras de una persona pueden acabar con la vida de otra, era justo lo que me estaba ocurriendo, pero no podía dejarme vencer. ¡No Señor! Eso no va a sucederme a mi, me aferraré a la vida y demostraré que puedo ser más fuerte de lo que creen, no me dejaré caer. Estaba decidida, a partir de hoy aceptaría toda invitación a salir con mis amigos que abandoné por seguir una ilusión que supuestamente era de dos pero resultó ser solo mía y casi me cuesta la vida.

Ahora no dejaré pasar las oportunidades que se me presenten, tal vez puede que ocurra de nuevo y vuelva a enamorarme como lo hice antes, se que tengo la capacidad de volverlo a hacer de la misma forma o por qué no, más intenso, pues el amor no tiene la culpa de que me traicionara la persona a la que entregue mi corazón y la mitad de mi vida, así que en definitiva volveré a intentarlo, no perderé la fe en que en algún lugar existe una persona capaz de amar de la misma forma que lo hago yo y que sea solo para mi.

El día parece estar algo nublado, amo los días templados con la temperatura perfecta oscilando entre los 15 y 19 grados, aún hay tiempo de pasar por un café así que estaciono mi moto dentro de la empresa para la que trabajo y me dirijo a pie a comprarlo, al cruzar la avenida me encuentro con un amigo que hace mucho no veía.

- Ryan que gusto verte, ¿cómo estás? ¿Ya de camino a la escuela?
- Hey, qué onda Ethel. Bien, ya, un día más de la fastidiosa escuela - hace una mueca de disgusto - ¡Por fin te veo! Casi nunca contestas las llamadas ni los mensajes - dice extrañado.
- Bueno, es que no tenía el tiempo y tampoco me dejaban estar mucho en el teléfono.
- Ah, ya lo creo, ¿y ya por fin te deshiciste de la anciana loca?
- Jajaja si, ya es historia, ¡libertad ven a mi! - me burlo.
- Oye ya debo irme pero ¿qué onda, salimos el fin?
- Obvio, manda text - dije en voz alta mientras Ryan se alejaba y con una seña, asintió, luego volteo, alzo sus pulgares y se dirigió a la parada de autobús.

Por fin compré mi café y crucé la avenida de regreso a la empresa, sin antes percatarme que un autobús casi me atropella, pero el chofer muy amable y con un gran enfrenon se obligó a darme el paso, así que le sonrío y con una seña le doy las gracias y termino de cruzar la calle, por suerte, no derramé mi café. Pasaron 5 minutos cuando recibí un mensaje de Ryan con su nuevo número. No respondí pues estaba registrando mi laptop en recepción, al salir de ahí solo guardé el nuevo contacto y me dirigí rumbo a la oficina.

Y aquí se empiezan a plasmar las primeras líneas de una nueva historia.

Lo que sea... Pero que sea contigo!Where stories live. Discover now