Capitulo 20: Al fin se da

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Miro las imágenes de la segunda ecografía que me han hecho y siento que dentro de todo aún tengo por qué creer que necesito seguir viviendo. Mi bebé va creciendo y ver mi vientre aumentar de tamaño me emociona. Sigo acostada en la cama como en los últimos días. Cada día que pasa tengo menos fuerza y más cansancio. Tocan la puerta y la enfermera entra con una charola y la taza de té que siempre me trae.

— Señora, le traigo su té

— No quiero nada

—  Le va a ayudar, hágame caso

Agarro la taza de té y tomo un sorbo mientras pregunto

— ¿Aarón llegó?

— Si, está en la sala de estar todo raro.

— vale, si pregunta por mí dile que estoy dormida. No quiero hablar con nadie.

Asintiendo con la cabeza sale de la habitación y suspiro acariciando mi vientre. Aún no creo que dentro de mí haya un bebé y que vaya a ser madre. Quiero solo pensar en eso para no recordar más ningún dolor. Pasan las horas y Aarón sube a la habitación. Su rostro me desconcierta y me confunde. Se sienta a mi lado y besa mis labios con ternura mientas sus manos me rodean entre caricias y mimos.

— ¿Cómo te sientes?

— Cansada

— ¿Podemos hablar?

— ¿De que?

— De algo que creo que debiste decirme y no ocultarlo.

Encojo los hombros

— No se a lo que te refieres

— A eso que pasó con Hillary. Ayer me dio un CD con unas imágenes y unos videos…, nena tenías que decirme antes, tenías que hablar y no quedarte callada. La voy a meter en una cárcel por lo que te hizo.

Derramo un par de lágrimas y la vergüenza comienza a consumirme. Siento vergüenza de mi cuerpo, del pudor que esas fotografías le restaron. Me cubro el rostro y digo entre hipos

— No te dije porque tenía miedo de que no me creyeras, de que pensaras que no era cierto. Ella se burló, me humilló como nunca pensé que lo haría. No le importó mi embarazo, me vio agonizar a punto de tener un ataque y no sabes…, no sabes lo horrible que es haber sentido sus manos por todo mi cuerpo mientras mi corazón estaba al borde de un infarto. Tenía miedo que solo estuvieras a mi lado por pena, por lastima.

Mira mis pupilas con unas lágrimas algo cobardes aún sin caer y apretando la mandíbula niega con la cabeza

— ¿Cuando vas a entender que eres la mujer que amo? ¿La mujer que quiero para toda la vida? Ese dolor que llevas ahí dentro también es mío, jamás sentiría lastima por ti.

— Tú no comprendes…, no es la primera…, en fin hay cosas en mi conciencia que torturan mis pensamientos.

— No es la primera vez que te sucede

Me quedo extrañada, habla como si conociera más de lo que le he dicho sobre mi pasado. Seco mis lágrimas y frunciendo el ceño inquiero

— ¿A qué te refieres?

— Lara, sé que cuando eras niña abusaron de ti. Por eso no confías, por eso ese miedo a que te toquen, por eso ha de ser el peligro del embarazo. Lo se hace tiempo y aún así sigo a tú lado porque te amo, saber eso no me quito las ganas de querer hacerte el amor, no me ha hecho dejar de amarte.

— ¿Quien te dijo eso?

— No importa quién me lo haya dicho. Lo importante es que lo sé.

Sonrío con algo de sarcasmo y llena de melancolía replico

Me Robaste el Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora