Segunda Parte

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Un tiempo después ambos se encontraban sentados sobre las sillas del pequeño local. Era una cafetería bastante acogedora, con un agradable olor dulce en el ambiente y una ligera música de fondo.  Louis había elegido aquel lugar al azar porque simplemente estaba cerca de donde se encontraban y no tendrían que andar mucho, pero no le estaba disgustando. El chico de rizos se encontraba sentado frente a él, con la mirada concentrada en sus manos para ocultar su timidez. Nunca en su vida un chico le había invitado a tomar algo después de clase, y menos habían tratado de coquetear con él. Sentía que sus mejillas explotarían si estuvieran un poco más calientes.

—Y bien, Harry a secas, ¿en que curso estás? —preguntó Louis tratando de darle conversación, aunque sin dejar de lado su tono de niño chulo.

—Estoy haciendo el segundo año de bachillerato —contestó él mientras removía su chocolate—. Aunque lo sé, no lo parece. He dejado que ese gilipollas me pisotee como siempre.

Louis pudo notar que aquel chico no era un "niñito de mamá" sin personalidad. Harry tenía carácter, aunque no la fuerza física para enfrentarse a su agresor.

—¿Quién era ese tío? —interrogó esa vez, a pesar de saber la respuesta.

—Es un idiota al que le gusta molestar a la gente, nada importante.

El chico de rizos seguía removiendo su chocolate con tranquilidad, esperando a que se enfriara, y mantenía la mirada fija en la taza de cerámica. Cualquier vista era mejor para él que los intimidantes ojos de Louis en aquel momento, porque se sentía demasiado avergonzado por tratar ese tema. No era más que un débil y un cobarde. El chico de ojos azules podía notar como evitaba el contacto visual, lo cual no le gustaba demasiado.

—¿No es nada importante? —cuestinó—. Pues parece que te ha dejado un buen moratón ahí.

Mientras hablaba pasó su mano por la zona del golpe con una suave caricia en su cara. Harry por instinto levantó de nuevo la mirada, aunque se arrepintió de haberlo hecho al notar el calor en sus mejillas. Rápidamente se apartó del contacto, sin poder dejar que un extraño se tomara esas confianzas.

—Algún día le devolveré todo esto —añadió como si nada—. Juro que pagará todo lo que le ha hecho a mucha gente en el instituto.

—Vaya, eres un pequeño vengativo —rió Louis entre divertido e interesado. Definitivamente le gustaba su personalidad, por lo poco que había visto.

—No soy vengativo —Harry le miró a la cara esta vez, con una expresión seria—. Pero es que ese idiota se merece que...

—Hey, era broma —el de ojos azules interrumpió con una sonrisa, tratando de calmar la ira que el tema parecía causarle—. Pero llámame si necesitas ayuda para intimidar a ese cabrón.

Un guiño de ojos bastó para que Harry se sonrrojara de nuevo. En el fondo le estaba gustando la manera "disimulada" en la que el chico coqueteaba con él. Tenía unos ojos azules que parecían imnotizarle y unos rasgos faciales muy marcados. Nariz pequeña, labios finos y pómulos hundidos a cada lado. Además de esa barba de pocos días que le hacía parecer unos años mayor que él.

—¿Harry?

La voz del chico le hizo volver a la realidad después de unos segundos.

—Ejem, ¿sí? —contestó pasándose una mano por el pelo nervioso.

—Te he preguntado que si me dejas un boli.

Harry se golpeó mentalmente por haber estado distraído y rápidamente cogió su mochila, que ya estaba un poco más seca que antes.

Cupcakes and Books (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora