Capítulo 18 "Un vaso roto" (Editado)

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En el marco de la puerta estaba recargado Antony con una mira furiosa. Creía saber sus razones.

-¿Que me pasó?- pregunté inocente. Tal vez se podría apiadar de mi alma.

Él suspiró bajó la mirada y volvió a mirarme.

-He tratado de hacer que entiendas de buena manera, no vas a salir de aquí por ninguna razón, pero veo que no entiendes- dijo intentando calmarse -¿A quien se le ocurre salir de la casa a media noche, caminar por 5 horas sin dormir y no comer bien? Solo a ti- 

-¿Que me pasó?- volví a preguntar, ignorando sus regaños. De verdad sentía que la cabeza me explotaría en cualquier momento.

-Te desmayaste en el camino por deshidratación y cansancio, sin contar que casi mueres de frió. Mis hombres te encontraron tirada a las 7 de la mañana-

Eso era demasiado tiempo. ¿Ya me habrá visto un medico?

-Tranquila, mi médico particular ya te revisó- respondió Antony, como si leyera mis pensamientos.

-No me voy a quedar de brazos cruzados mientras me retienes de todo contacto. Voy a intentar escapar las veces que sea necesario. Ya te dije que no quiero estar aquí- dije molesta

El solo se acercó quedando a centímetros de mi cara, sus ojos me hipnotizaban y sentía su aliento con el mio. 

-Buena suerte- dijo con una sonrisa y salio de la habitación.

Ese hombre me movía los sentimientos y no sabia porque. Ni yo misma sabía lo que sentía por él: ¿Atracción? ¿Amor?¿Celos?¿ Qué demonios era?

Tenía mucha hambre, pero no me quería quedar aquí esperando que la muerte me llevara.

Durante el transcurso de mi huida, no me di cuenta de muchas cosas, porque estaba obscuro y porque ,e sentía muy mal.

Ahora ¿Cómo saldría de aquí?   El camino para salir de aquí era muy largo. El maldito decidió vivir legos para secuestrar personas y que jamás pudieran salir. Tal vez no era tan largo y solo le sentí así porque yo era muy lenta.

Estupendo

Bajé a almorzar  por que ya era tarde. Me cambié de una manera mas limpia y presentable que podía, porque para ser sincera, me veía fatal.

En la cocina estaba Antony, me acerqué sin hacer ruido alguno. Abrí el refrigerador y saqué jugo de naranja, el aún no notaba mi presencia. Y eso era bueno, no tenia ganas de hablar con el.

Saqué un vaso de los trastes y que una imagen vino a mi mente:

Estábamos en la biblioteca, yo lo veía a los ojos y el mis labios. Se acercó tanto a mi que sentía su respiración. No sabía que sentía por el.
Me saco de mis pensamientos y me beso. Era un beso lleno de amor, pasión y sinceridad.

Ese maldito pensamiento me hizo apretar tanto el vaso, que se rompió  y ni siquiera me había dado cuenta por andar pensado en cosas que no debía.

Antony se dio la vuelta mirándome preocupado y asustado, entonces me di cuenta del vaso roto y mis dedos con un poco de sangre.

Cuando regresé a la realidad, me di cuenta del desastre que había hecho. Bajé para limpiar el vaso, bueno lo que quedaba, pero lo dedos me dolían. 

Estúpida

Antony se acerco a mi para ayudarme a limpiar. Ya agachados, nuestros ojos chocaron en miradas sinceras, miradas ¿enamoradas?

No, eso no era real. Solo era mi imaginación que me estaba jugando una mala broma. 

Pero al mirarlo y ver sus carnosos labios, hasta yo misma dude de mis palabras.

No aguanté las ganas de besarlo y lo hice. Sin prisa ni pausa...






Enamorada De Mi SecuestradorWhere stories live. Discover now