Estaban cenando toda la familia y de repente Alma empezó a tener arcadas delante de la mesa.
-¿Que te pasa cielo?
-Nada mamá me suele pasar tranquila. -dijo Alma mientras cogía el tenedor para seguir comiendo de esa ensalada y disimular un poco.
Al poco tiempo Alma se comenzó a poner cada vez más y más pálida y su madre la miraba sin quitarle el ojo de encima.
-Cariño vete a descansar.
Alma se levantó de la silla y se mareaba un poco de camino a su habitación pero se apoyaba en las paredes para intentar no caerse. Llegó a su habitación allí se tumbó en la cama a descansar pero a Alma le dolía mucho el estómago .
Al día siguiente Alma se levantó ese día también tenía bastante hambre. Empezó a coger comida de la nevera y de los armarios y se la llevó a su habitación a desayunar en la cama mientras escuchaba música.
Cuando acabó de desayunar se dirigió hasta la cocina donde estaba su madre.
-Buenos días mamá.
-Buenos días cielo, ¿como te encuentras?
-Bien, estoy mejor pero me duele aún el estómago.
-Tomate un ibuprofeno, si te sigue doliendo esta tarde iremos al médico.
-No tranquila, estoy nerviosa por que las clases están a punto de empezar.
Alma se dirigió hasta el mueble donde estaban las medicinas y vio que su madre estaba preparando ya la comida.
-¿Mamá estás haciendo ya la comida? Si son las diez.
-Pero me voy a ir ahora con tu abuela a ver a una amiga que está en el hospital.
-¿Y que hay de comer?
-Cazuela, para que engordes un poco que te duele la barriga de no comer nada y no de los examenes.
-Mamá últimamente como muchísimo.
-Me da igual.
Alma se asomó a la olla y pudo ver todos los ingrediente que contenía aquella cazuela, patatas, carne, fideos, almejas ... no sería la comida perfecta.
Se marchó de nuevo a su habitación y volvió a buscar en internet comidas para las embarazadas. Salían muchas comidas como los huevos, el salmón, la fruta, la verdura...
La madre de Alma entró a la habitación y Alma cerró la pantalla para que no la viese su madre.
-Cariño me voy. -dijo su madre mientras se acercaba a darle un beso.
-Vale mamá.
Su madre cerró la puerta y Alma seguía buscando cosas en internet.
Pasaron las horas, la madre de Alma llegó a casa.
-Hola.
-Hola mamá.
-Vamos a comer que tengo que volver al hospital.
Alma se levantó del sofá y se dirigió a la cocina para comer de aquella cazuela que había preparado su madre.
Alma se sentó en la mesa y le colocó un plato, un gran plato lleno de cazuela.
-No pensarás que me vaya a comer todo.
-Empieza a comer. -dijo su madre mientras servía la comida en otros platos.
Alma empezó a comer, no le gustaba nada la cazuela y ahora menos en el estado en el que se encontraba.
-Mamá no quiero más. -dijo Alma dejando la cuchara encima de la mesa.
-No has comido nada, come más.
-Mamá me he comido más de medio plato, no puedo más.
Su madre cogió la cuchara de encima de la mesa, la llenó con fideos y un trozo de patata y se la llevó a la boca.
-Mamá que no soy una niña pequeña. -dijo Alma cogiendo la cuchara con cuidado para que no se cayese la comida y Alma se la llevó a la boca y tragó rápido para no tomar su sabor.
Alma comió un par de cucharadas más y se marchó a su habitación.
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ocultando mi embarazo
Teen FictionAlma era una chica de 16 años, conoció a un chico una noche, no le preguntó su edad, se notaba que era mayor que ella. Comenzaron a salir y a conocerse. Una noche algo ocurrió entre sus vidas que las cambió por completo.