comida

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Aunque Alma estuviese embarazada ella seguía haciendo su vida normal para que su familia no sospechase nada aunque de vez en cuando tenía algún pequeño mareo, alguna nausia y ganas de vomitar.

Aquella mañana Alma se despertó con mucha hambre, sus tripas le crujian, se colocó las zapatillas de estar por casa y se dirigió hasta la cocina para empezar a comer.

Cogió un par de magdalenas, una tostada de mantequilla, un café cargado de leche, un par de bollos de pan de leche con un bote de nutella y se lo llevó a su habitación a empezar a comer mientras se puso música a todo volumen.

Su madre entró a la habitación de Alma y se quedó un poco sorprendida al ver tanta comida sobre la cama de Alma.

-Vaya cantidad de comida.

-Tengo hambre.

-Me recuerdas a mi cuando estaba embarazada de ti.

-Tranquila mamá, yo no estoy embarazada.

-Me tranquilizas hija, voy a desayunar, que te aproveche.

-Igualmente.

Alma seguía desayunando mientras su movil recibió una llamada, era de Nico.

-Hola.

-Hola cariño ¿Cómo estas?

-Bien, muy bien, con hambre.

-Vale, si necesitas cualquier cosa me llamas y estoy allí en un momento.

-Vale, tranquilo por ahora estoy bien.

-Vale, me alegro.

-¿Hoy nos veremos?

-Lo siento mucho, tengo mucho curro.

-No pasa nada.

-Mañana, mañana nos veremos.

-Vale. -dijo Alma mientras ella comía a la vez que hablaba

-Te tengo que dejar cielo.

-Vale, luego hablamos.

-Vale, te quiero.

-Y yo.

Ambos colgaron el teléfono y Alma seguía comiendo de aquel desayuno que se hizo.

Terminó de comer y se dirigió a la cocina para dejar los platos sucios sobre la pila junto a los demás platos sucios para fregar y se volvió a dirigir a su habitación a escuchar música mientras miraba en internet información sobre las embarazadas como que no podía comer embutidos, ni algunos pescados, ni queso fresco.

Durante el primer mes Alma podía seguir haciendo atletismo pero ya en el segundo mes debería ir guardando algo mas de reposo así que tendría que borrarse e inventarse alguna excusa para que su madre la borrase de allí.

Mientras Alma miraba en el ordenador se le venían unas ganas de vomitar y unos pequeños dolores en el vientre y en el pecho.

ocultando mi embarazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora