MICROSHIPS [yoonmin]

Un chico algo callado

Lo miré por un rato, parecía demasiado tranquilo como para lo que pasó hace un rato, estaba escribiendo algo mas no alcanzaba a ver que era. Me senté a su lado para luego ver la pared frente a nostros.

-Hola.- saludé, sin embargo no hubo respuesta ni siquiera volteó a verme, como si estubiera solo.

 -Uhm, me dijeron que eres muy callado así que no espero respuesta alguna.- voltee a su dirección y seguía escribiendo, mi vista se paseó por su rostro y mandíbula para luego descender a su dorso y brazos, estos se encontraban llenos  de  gasas, unas todas sucias y manchadas de sangre mientras que otras se miraban destrozadas, imaginaba  que  detrás de todas esas gasas  debia  de  haber  muchas  heridas, fruncí el ceño. El es un desconocido pero no lo dejaré así. Levante mis rodillas y recargué mi rostro en estas sin dejar de mirarle.

 -¿No te duelen?- levantó un poco sus hombros aun sin apartar la vista del cuaderno. Con cautela acerqué mi mano a su brazo, no hubo impedimento por lo que seguí, tomé su brazo y lo inspeccioné de más cerca, esas heridas debían ser tratadas o de lo contrario se infectarian... Saqué de mi bolsillo unas tres curitas, jisoo siempre se caía o lastimaba por lo que siempre tenía algunas. Las coloqué en sus heridas abiertas, para luego acariciar con extremo cuidado las mismas, su piel era muy suave y su color era muy bonito, sin embargo el contraste de las heridas no me gustaba.

 -Ya está.- dije soltando su brazo, lo aló hacia él para luego verlo sin siquiera cambiar su exprecion.

-gracias.- y siguió escribiendo en el cuaderno, su voz era grave y un poco ronca. Mostré una pequeña sonrisa aunque el no la notara.

 -¿Cuánto tiempo tienes aquí?- en ningún momento apartó sus ojos de aquel cuaderno, me pasó este poniéndolo en mi regazo, alcanzé a leer lo que escribió en una hoja diferente: " un año " me sorprendí bastante ante su respuesta, ¡¿ un año?! ¿Ese es el tiempo aproximado en el que me quedaré? me alarmé bastante, no quería eso. Mi hermanita...¿quién la cuidará mientras mamá no esté?, tenía que salir lo antes posible, ¿pero cómo? Estaba encerrado en un cuarto junto a un desconocido en quien sabe donde y a juzgar por los acontecimientos la seguridad era máxima. Suspiré derrotado y dejé caer mi cabeza hacia atrás.

Sentí nuevamente el cuaderno en mi regazo, bajé mi mirada, " tranquilo... Te acostumbrarás" voltee hacia él y sonreí negando con la cabeza.

 -No entiendes... - miré hacia el techo y dejé escapar otro suspiro, ellos me dijeron que te instalaban unos Microships en la piel, supongo que es la razón por la que Suga tiene esos puntos y heridas en los brazos, una vez finalizada esa fase, creo, te someten a experimentos y a juzgar por los gritos no son nada buenos... Ya me imaginaba lo que me esperaba, solo tengo dieciseis ¿por qué me hacen esto?. Sin darme cuenta ya llevaba horas hundido en mis pensamientos, pude sentir un pequeño peso en mis hombros, era él, debió quedarse dormido, no lo culpo... Todo lo que pasó devió ser horrible y cansado. Lo tomé en mis brazos para luego recostarlo sobre su cama, la verdad es que era muy liviano. Después de recostarlo posicioné mi vista en su rostro, sus ojos se encontraban hinchados al igual que su naríz, esta estaba manchada con sangre seca... Lamí la tela de mi camiseta y limpié la sangre. Cuando me dispuce a irme a mi cama me topé con el cuaderno, realmente quería saber que era lo que escribía pero mi madre siempre dijo que no urgara entre las cosas de los demás, así que lo dejé en el pequeño tocador.

Miré el tocador al lado de la que suponía, era mi cama, lo inspeccioné para percatarme que dentro había muchos cambios de ropa toda blanca, lo cerré y me recosté en la cama, nuevamente no podía reconciliar el sueño, estaba frustrado y cansado, sin pensarlo mucho comencé a tararear. Mi madre siempre lo hacía para hacerme dormir más rápido y tranquilo, terminé por recordarla, su dulce voz, como me cuidaba, como me quería,siempre tan protectora.  Luego está mi hermanita, ella es muy jugetona y torpe, pero siempre tiene su sonrisa característica. Sentí como mis mejillas se humedecian, tal vez nunca las vuelva a ver...