Zodiac. | OneShot's.

Tan iguales. Tan diferentes. | ♀VirgoxVirgo♂

~N A M E S~

♂Virgo♂: Tobías.

♀Virgo♀: Alexa.

Narrado Desde El Punto De Vista Del Narrador.

La joven de estatura media jugaba con un mechón de su cabellera azabache. Su mirada grisácea estaba pegada en el amplio campo de flores. Los rayos de sol provocaban que sus retinas se vieses más claras, alcanzando un color familiar al color perla.

A su lado se encontraba un chico de alta estatura. De cabellos ligeramente largos y alborotados de color pardo. Su piel era tan pálida y lisa como si se tratase de un muñeco de porcelana. Su mirada marrón combinaba a la perfección con sus hebras. Unas ligeras ojeras se marcaban bajo sus ojos, lo cual le daba un aspecto de estar en un estado de cansancio.

— Tobías. . . ¿Te has preguntado cómo eras en tu Vida Pasada? —Preguntó la muchacha, mirando asombrada como el viento movía las blancas flores.

— Es primera vez que me lo pregunto. . . Creo que fui una persona alegre, y ahora me toca vivir en seriedad. —Dialogaba el castaño, mirando con atención a la muchacha.

— ¡Entonces, yo debí ser una persona amargada! —Exclamó la azabache, sorprendida.

— Eres muy alegre. Supongo qué, siempre lo fuiste. —Musitó el castaño.

— ¿Por qué nunca sonríes? —Preguntó la azabache, con curiosidad.

— Ese no es tu problema.

Respondió, frunciendo el ceño y mirando a la muchacha con seriedad.

— ¡Siempre ves todo de color gris! —Exclamó la azabache, poniéndose de píe.— ¡Vamos, acompáñame!

La azabache le extendió la mano al castaño, éste la tomó y con ayuda se levantó.

— ¿A dónde quieres ir..? —Preguntó el varón con una poco notable curiosidad.

— ¡Sólo acompáñame!

Ambos adolescentes caminaron fuera de la pradera, llegando a la feria del pueblo.

— Bien, Tobías. ¿Por qué eres tan serio? —Preguntó la azabache, esbozando una amplia sonrisa.

— No lo sé. Siempre he sido así. . . —Respondió el castaño, mirando con deseo un puesto de frutas.— ¿Podemos comprar unas manzanas?

— ¿Hum? —La azabache miró el puesto de frutas.— ¡Claro! Vamos.

El uno y la otra se trasladaron hasta el puesto de frutas.

— ¿Cuánto por dos manzanas? —Preguntó la azabache, con curiosidad.

— Sólo tres monedas de oro. —Respondió el dueño del puesto de manzanas.

Antes de que la azabache sacase su dinero, el castaño ya había pagado ambas manzanas.

— Ya pagué. —Avisó el castaño tomando ambas manzanas y entregándole una a la menor.

— Yo quería pagar. . . Hum. —Musitó la azabache mordiendo su manzana.— ¡Está deliciosa!

— ¿Cierto? Sabe muy bien. . . —Respondió el castaño.

— ¡Vamos, vamos! ¡Hay que ir a la biblioteca! —Exclamó la azabache bastante animada.

— Okey. . .

Los jóvenes comenzaron a caminar hacia la biblioteca. La azabache hablaba y hablaba de forma animada. El castaño sólo la escuchaba atentamente.

Ambos habían llegado a la biblioteca. Ese era el lugar favorito del castaño.

— ¿Qué libro leerás ahora? —Preguntó la azabache mirando sorprendida por la cantidad infinita que veía desde su punto de vista en los estantes.

— Pediré prestado de los nuevos. Los demás ya lo he leído. . . —Respondió el castaño sacando un libro carmín de una caja de cartón.

— ¿Llevarás ese? —Preguntó un hombre de avanzada edad.

— Si, señor. Se lo entregaré cuando lo termine de leer. —Respondió el castaño saliendo de la biblioteca, seguido de la azabache.

— No puedo guardar éste secreto. —Se dijo a sí misma la chica, con sus mejillas teñidas de rosa.— ¡Tobías!

— ¿Hum? —El castaño se dio media vuelta.

— Tú me gustas. —Dijo con seguridad la azabache.

— ¿Eh?

La azabache plantó un tierno beso en los labios del castaño. Se separó de inmediato de él, gracias a la mucha diferencia de estatura.

— ¡Me gustas Tobías! —Exclamó la azabache, esbozando una amplia sonrisa.

— También me gustas, enana. . . —Respondió, esbozando una sutil sonrisa, haciendo que ambos objetivos de la azabache su cumplieran.

— ¡SONREÍSTE! —Gritó emocionada, abrazándolo por la cintura.