El jardín del tiempo

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Abro los ojos y me encuentro en un verde campo. Un campo en el que no existen límites para la imaginación. Allí el cielo está despejado. El cielo es totalmente azul celeste y unos rayos de sol me iluminan. La hierba se mueve por la suave brisa como si estuviese teniendo una tímida danza. Aparto la vista de la hierba y veo un pequeño jardín al fondo. Unos muros de piedra lo cercan para que las rosas no sean robadas. Poco a poco me acerco y una canción se escucha. Creo que es una mujer que canta en el jardín.

La curiosidad me hace enloquecer y mi paso es cada vez más rápido. Nace en mí una sensación de inquietud. Solo sé que necesito saber quién esa extraña mujer.Cuando llego hasta esos muros localizo la puerta y entro. La oigo. Sé que está cerca pero no la veo. La busco con gran desesperación y me pierdo entre las rosas. Los pinchos de estas son cada vez más grandes y me producen pequeñas punzadas.

No me siento bien, estoy atrapada, no sé salir de aquí. No puedo más. No me queda más remedio que arrodillarme en el suelo y llorar. El espacio cada vez es más reducido y solo me queda esperar a que todo acabe. Cierro los ojos yen cuestión de segundos todo cambia. No estoy acongojada. Las espinas han desaparecido. ¿Qué es lo que ha pasado? De repente la voz de la mujer vuelve a aparecer y creo que cada vez está más cerca. Camino hasta doblar la esquina.

Ahí estás tú. Esa figura que siempre quiso ser secundaria pero presenciar todos los acontecimientos. Ahí estás tú con el pelo acaracolado y tu delantal recién lavado. Llevas ese vestido de color marrón y en la mano tienes unas tijeras. A tu lado hay una regadera azul y tres botellas que usas para regarlas plantas.

Me miras con tus ojos marrones y me llamas. "María, ven a ayudarme a regar y no me rompas ninguna planta". Pensaba que ella no sabía que yo estaba ahí. Pensaba que el tiempo había pasado y ya no nos volveríamos a ver. Pero ahora estamos ahí. En ese jardín. Te das la vuelta y comienzas con tus labores. ¿Curioso verdad? Parece que el momento está congelado y estamos atrapadas en un mundo alternativo en el que los problemas no existen.

Vuelvo en mí y te hago caso. Trato de hacer las labores como antaño. Trato de ser la niña que jugaba con los gatos. Trato de que todo sea normal para que tú te sientas como en casa. Pasa el tiempo y tengo la sensación de que me tengo que ir. Te tengo que dejar en el jardín pues es tu lugar ahora. Tienes quehacer lo que más te gusta, cuidar de tus plantas. Adiós. Volveremos a vernos.

El rincón de los gatos negrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora