Casa de Alissa.

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Lena P.O.V.

Abro levemente mis ojos y lo primero que veo es a... alguien, obviamente no lo puedo ver bien ya que tengo todo mi cabello enredado en mi cara.

La famosa alarma de Dante o de Dina aún no ha sonado, ¿qué hora será?

-Ptss.. Pts... Lena- me dice ese alguien irreconocible, moviéndome de un lado a otro, yo le contesto con un gruñido.

-Me tengo que ir a mi casa- me dice en susurro, le respondo con otro gruñido.

-Adiós Dina- le digo tratando de adivinar, con mi voz de dormida.

-Soy Alissa, idiota, Dina vive aquí-.

Me retiro mi cabello de la cara y miro a Alissa, volteo rápidamente y miro a todos lados, nadie se ha despertado.

-Alissa, ya sabía, ya sabía- me empiezo a estirar y sin darme cuenta, le pego en la cara a Dina.

Nos aguantamos las ganas de reír al ver la expresión de Dina.

-Lena, mis padres me llaman, tengo que irme... -la miro confundida, ya que aún sigo un poco dormida. Ella se me queda viendo y me levanto.

-Te acompañaré. -doy leves golpecitos en mi cara y salimos de mi casa. -¿Ocurrió algo malo? -le pregunto una vez que salimos. Ella me miró y negó con la cabeza.

-Nop, para nada. -abrió la puerta de su casa y me hizo un gesto para que pasara yo primero. Cuando entre, me quede maravillada.

Dirán que soy una exagerada, si su casa por el exterior se veía hermosa, por el interior era tan bonita que parecía un castillo de cristal. Miré por todos lados. Su casa era blanca, y si que había cosas de cristal, casi podía oír el tintineo de las cosas limpias.

-Alissa, tu casa es muy linda. -ella sonrió al ver mi expresión. Alissa estaba a punto de hablar hasta que una dulce voz la interrumpió.

-Alissa, ¿eres tú, cariño? -dijo una persona, para después asomarse por las escaleras. Era alguien muy joven y se parecía tanto a Alissa que apostaría que son hermanas y no perdería.

-Si mamá, soy yo. -la mamá de Alissa bajó y al mirarme sonrío, yo le devolví el gesto, un poco apenada ya que seguía en pijama.

-Tú debes ser Lena, ¿cierto? -asentí tímida y ella extendió su mano. -Soy la mamá de Alissa, gracias por cuidar de ella. - tomé su mano.

-No hay de que, eso es lo que hacen las amigas. - le sonreí sinceramente. Ella puso su mano en su cara con una sonrisa.

-Bien, Lena, yo haré unos cambios a mi cuarto, así que si quieres, puedes irte. -me dijo Alissa, yo subí una ceja con una sonrisa. -O si quieres, puedes ayudarme.

-Me gusta más la segunda opción. -sonreímos y subimos a su habitación.

Tyler P.O.V

Desperté ya que sentía un peso en mis piernas, me siento y me doy cuenta de que son las piernas de Dina las que están sobre las mías.

Sonrojado, quité sus piernas de la mía delicadamente.

Miré a todos para ver si alguien más estaba despierto, hasta que me encontré con unos ojos esmeralda, y de ahí una sonrisa muy linda.

Al instante me asusté un poco, ya que estos me miraban fijamente, pero unos segundos después le regreso la sonrisa.

-¿Qué haces, Gina? -le pregunto amablemente, ella empezó a jugar con las mangas de su pijama.

El arte de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora