Capítulo 5:Sin control.

532 44 2
                                    

Me levanto y está todo oscuro. Solo hay una pequeña luz que ilumina la habitación y es una pequeña vela que está a mi lado. Camino un poco y siento el piso desvanecerse a mis pies. Trato de encontrar una salida, pero lo único que veo es a una niña llorando. Esta de espaldas y yo voy corriendo hacia ella.

    — Oye tranquila... —mi voz se ve afectada por el tremendo miedo que me llega al corazón cuando reconozco la mirada de la niña. El pecho me sube y me baja y tengo miedo.

Comienzo a correr sin importar con quien o que me choco. De un momento a otro me caigo y siento que un agujero me traga. Cierro los ojos pues el miedo me domina. Pero cuando choco con algo, abro los ojos.

Hay capullos de mariposas colgados del techo, son tres. Uno pequeño, otro mediano y uno grande. 

Abro los ojos y veo a Finn dormido, parece un niño, sereno y calmado. Ciento mi respiración calmada y observo con detenimiento a Finn, su cabello dorado como el sol, sus músculos sobresaltan por la camisa. 

Ciento una energía recorrer mi cuerpo y siento mis mejillas arder, de nuevo esto. Trago en seco y cierro los ojos.

Siento como las manos de Finn llegan a mis caderas, siento que mi cuerpo arde y la energía empieza a recorrer mi cuerpo. Ciento como va bajando la mano hasta llegar a mi trasero y es hay cuando abro los ojos. 

Finn sonríe, está aun durmiendo. Con cuidado trato de quitar su mano, pero con más fuerza la retiene. Necesito ayuda...

  — Pero que hace el niño bonito. 

La voz de Jake me hace sentar de una y Finn abre sus ojos azules.  Adormilado bosteza y se incorpora. 

  — Hola T...

No alcanza a decir y siento una fuerte descarga en mi cuerpo.

  — Por la protección de mi dulce reino yo, la dulce princesa, te destierro de las tierras del reino de Ooo. 

Mi cuerpo se paraliza y siento como la energía que he almacenado amenaza con salir. Debo escapar antes de que eso, me domine. 

Entro con rapidez a la casa y saco el arco y el carcaj de las manos de Bmo. Escucho un suspiro por su parte, pero entonces escucho la misma vos repetidas veces diciéndome. 

  — Detente hay forastera. 

Corro por las escaleras y veo la ventana. Sin cuidado alguno la abro y me tiro por ella. Me acurruco para minorar el impacto y sigo corriendo. Mi puso se acelera y mi corazón comienza a sentir unas fuertes pulsaciones. La electricidad que me dieron me está amenazando con salir. 

Tengo miedo, mucho miedo. Mis pies se chocan entre sí y siento como un metal se adhiere a mi cuerpo.

Vro correr a fin al lado de una chica rosa, literalmente todo en ella es rosa. Ella le dice algo y Finn solo mira al piso sin hacer nada. Una amargura recorre todo mi cuerpo y me siento débil. Trato de buscar la mirada de Finn pero este no quita la mirada del piso. Algo se rompe en mi interior y tengo intenciones de escapar. 

Respiro y mis ojos arden por las lágrimas que amenazan por bajar. Aprieto en puños las manos y estas se comienzan a calentar. Toco el mental y gimo de dolor cuando este empieza a caer sobre mi piel mientras se derrite. El ardor es insoportable. 

Cuando logro quitar todo el metal. Me levanto y la chica de rosa apunta un arma en contra de mí. 

  — Finn, ponla presa. Del resto me encargo yo. 

Con una mirada le ruego a Finn que no lo haga, pero este solo mira al piso y empieza a andar con grandes zancadas hacía mí. Retrocedo un par de pasos. Quiero pensar que esto es solo una pesadilla más. Pero veo a Finn empuñar su espada y la pone en medio de su cuerpo, sus ojos llenos de determinación me dice que no parara.

De mi sale una fuerte emoción que enciende mi cuerpo lleno de quemaduras. Siento como la carne quemada se rasga más, pero no me importa. La energía acaparada sale disparada de todo mi cuerpo y caundo empiezo a ver negro es cuando sé que he perdido todo el control y que ahora mi sed de poder predomina. 

Con mis brazos controlo la energía que rodea el arma de la chica rosa, ella la suelta de inmediato y Finn se acerca a mí empuñando su espada.

  — Eso me gano por confiar en ti. 

Le digo y veo que baja la espada, derrotado. Pero luego ve a la chica de rosa y ella me mira con odio. Él sin más vuelve a alzar la espada y yo absorbo toda la energía del arma y suelto toda la que retengo. 

Salgo disparada volando del lugar. Siento el aire quemar y arder ante mis heridas. Ahora que soy más consiente del dolor y que no hay ni un rastro de energía mío, pierdo la estabilidad y empiezo a caer en picada.

Lo único que sé es que hay un fuerte olor a manzanas cuando trate de abrir los ojos. 

 

Finn y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora