***

35 6 0
                                    

Daban las siete en punto en el reloj y yo aun no me decidía en si bajar o no, si dejar salir mi rabia o simplemente aparentar que todo está bien, no se necesitaba ser adivino para saber que hoy le dirían a mi madre que eran novios, aunque considero que es una estupidez seguro a mi madre le dará igual esa noticia.

El mismo sonido del carro que bajaba los seguros para que yo no entrara en él y se ponía en marcha alejándose de mí y dejándome parada sola, sin ninguna compañía se acercaba, aún me es increíble cómo puedo escucharlo estando a algunas cuadras de mi casa mientras que mi hermana no puede hacerlo.

Me apure a buscar algo cómodo pero lindo para ponerme, al abrir el armario vi mi mochila abierta de lado, me agache para acomodarla y vi un par de gotas de sangre en ella, un suspiro salió de mi, esa era la sangre de Samanta.

En mi vida no hay arrepentimiento, ni colores grises, lo que es, es, lo que fue, fue, lo que viene, vendrá, es así, esa es mi fórmula. Pero ahora mismo mi subconsciente me traiciona, me dice que fui una tonta en matar a quien creía mi adversaria, cuando mi verdadera rival es mi hermana. ¿Sera que tengo que acabar con ella también? El me dice que sí, pero yo, yo no sé qué hacer.

No sabía cómo debía vestirme, así que intente ser formal con un vestido ligero corto negro y casual con unos tenis negros y blancos, mi cabello suelto algo enmarañado pero aun así no lo quise peinar me gustaba de esa forma, solo una gotas de maquillaje, el timbre sonó, el había llegado, yo abrí mi puerta y baje rápido las escaleras que deban de frente a la entrada principal. Ahí estaba el con un ramo de rosas rojas vestido elegante pero a la vez un poco casual.

Su mirada y la mía se quedaron fijas por lo que parecieron horas, el me veía de manera desafiante como queriéndome decir algo, mientras yo le sostenía la mirada intentando descifrar su mensaje pero fue inútil, no comprendía que me podría querer decir, si desde que murió Samanta no habíamos hablado casi, tal vez un par de ¡Hola! Y algunas pequeñas cosas más.

- Mi amor al fin llegas – Interrumpe Georgette

La cena trascurría, mi madre se había puesto muy linda a decir verdad, no quedaba rastro de alcohol y el maquillaje ocultaba lo demacrada que estaba su cara por la vida que habitualmente suele llevar. Al momento del postre los tortolos anuncian que tienen una noticia, ¡Ya todos sabíamos que estaban saliendo! Que estúpidos.

- ¡Nos vamos a casar!

Al escuchar esas palabras escupí el sorbo de vino que había intentado tomar, ¿Qué estaba pasando?

- ¿Georgette estas embarazada? – Pregunta mi madre con asombro

- No madre, claro que no – Risas – Explícales amor

- Quiero pedirle la mano de George, falta muy poco para terminar el colegio y sentimos que nos amamos lo suficiente para tomar esta decisión.

- Bueno así si – Suspira Yualiath – Mi niña no me puede desilusionar de esa manera, ya me basta con esta – Hace un gesto de disgusto hacia donde estoy yo - Claro que si, los apoyare en todo – Responde ahora sin mucha preocupación mi madre.

- ¿QUÉ? Ósea, ¿Solo eso les vas a decir, vas a aprobar esa estupidez? Por Dios Yuliath – Digo con enojo

- Charlotte no seas así – Responde Georgette

- No es como si matamos a alguien Charlotte, eso sí es algo realmente malo, no esto, nosotros nos amamos, ¿Acaso tú conoces eso? – Dice Marck en un tono sarcástico pero a la vez de chiste.

*

Subo rápido las escaleras y me encierro en mi cuarto, todo el peso de mi cuerpo recae sobre la tabla de madera que conforma mi puerta, mientras me deslizo lentamente hasta llegar al frio suelo, mi respiración estaba agitada mientras mis ojos divagaban por el lugar.

**

No es como si matamos a alguien Charlotte, eso sí es algo malo mataste

MATADO              No es como si matamos a alguien            eso sí es algo malo

Malo        No es como si     matamos           Charlotte eso sí es algo malo

¡MATASTE A SAMANTA, ASESINA!

***

¡No! – Grito

Cuando vuelvo en sí, estaba tirada en el piso de mi habitación, me había quedado dormida y había tenido un mal sueño, verdaderamente deseaba que la locura del casamiento de mi hermana y Marck también fuese una locura y un mal sueño pero sabía que no lo era. Pero esas palabras...

¿Será que Marc sabe que yo la mate?

CHARLOTTE - Porque La Sangre También Es ArteNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ