Capítulo Ocho: Ella

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-¿Cómo te llamas? -pregunto el chico.

El pánico volvió a surgir de nuevo en su sistema. Su respiración se volvió superficial.

No lo sé, no sé quién soy. Pensó la joven
A él le tomó segundos darse cuenta lo que sucedía.

Los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas. -N-no lo sé. -su voz salió un poco rasposa.
Le dolía el hecho de hablar.
Eso fue suficiente para que ella soltara las primeras lágrimas.

Su cuerpo dio pequeñas sacudidas a causa de los sollozos. Dejándose caer al suelo escondió su rostro nuevamente entre ambas manos.
¿Cómo no podía recordar quién era?, cómo era eso posible, el único recuerdo que ella tenía era estar corriendo por el bosque escapando de algo o alguien pero no recordaba nada más.

Fue consciente cuando unos grandes brazos la rodearon. El chico. Él la estaba abrazando. Por un momento se tensó.

¿Quién le aseguraba que podía confiar en él?

-Tranquila. -Susurró este. Por alguna razón su voz hizo que el temor de ella disminuyera un poco. -Yo te cuidare hasta que lo recuerdes. Lo prometo.

La joven solo asiento sin prestarle mucha atención. Su mente trabajaba en formular preguntas que lastimosamente no obtendrían respuesta. ¿Cómo llego aquí? ¿De qué escapaba? ¿Por qué lo hacía? Y la más importante ¿Quién era ella?

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