Respiró hondo y casi agradeció oír la puerta de entrada y los pasos de Akiko por el pasillo hasta detenerse en la cocina. Los sonrió a todos con una gran sonrisa hasta que la borró de golpe al ver la cara amoratada de Kou y le agarró de la barbilla sin la misma suavidad que su padre había tenido la noche anterior.

Yui se irguió a la espera de lo que le tocaba a continuación cuando se enterara que el responsable del lamentable aspecto de la cara de su hijo era él.

—¿Qué es lo que has hecho ahora?

Yui levantó sorprendido la cabeza hacia la mujer y la miró mientras Kou se libraba de la mano de su madre y lanzaba una rápida mirada hacia él antes de desviarla hacia otro lado.

—Ha sido mi hijo —respondió su padre, dejando el teléfono y la tablet a un lado de la mesa y por primera vez desde que se lo había servido, dio un largo sorbo a su café. Yui lo miró sin disimulado enojo. Era increíble la facilidad con la que lo vendía—. Ayer se pelearon y le dio un puñetazo.

La voz del hombre era contrariada y tenía una desagradable entonación de disculpa que hacía que Yui se sintiera miserable. ¡Con qué facilidad lo había sentenciado como culpable!

Akiko lanzó una furtiva mirada a Yui y de nuevo para su sorpresa volvió a agarrar de la barbilla a su hijo, tirando de ella con fuerza y arrancando gritos de protesta de Kou.

—¿Y tú que le has hecho para que te de un puñetazo?

La pregunta de Akiko hizo que Yui se sintiera un poco mejor. Al menos aún no era un paria para todos los presentes en esa cocina después de todo.

—Conozco a mi hijo, Akiko —lo estropeó su padre de inmediato, ganándose una nueva mirada de enfado de Yui.

—Y yo al mio, Ryuusei.

Yui los miró a ambos, observando la manera que Akiko castigaba a su hijo, dándole constantes collejas y sintió una punzada. Mientras los observaba a los tres notaba una extraña sensación de opresión, como si realmente él los estuviera viendo a través de una pantalla y no se encontrara en la misma estancia que ellos. La sensación de abandono y soledad casi lo ahogaba y antes de darse cuenta dejó que las palabras que reflejaban sus emociones salieran precipitadamente de su boca.

—Me voy —dijo, haciendo que todos volvieran la cabeza hacia él. Incluso que de pronto le prestarán atención le resultaba extraño.

—¿Has quedado?

Akiko se mostró benevolente pero su padre sacudió la cabeza.

—Primero nuestra charla —atajó severamente—. Después ya veremos.

—No —continuó Yui sin mirar a ninguno de ellos. Ya que había comenzado podía continuar con aquello—. Hace ya un tiempo —improvisó rápidamente— estuve hablando con un amigo sobre trabajar y mudarnos a un apartamento. Por nuestra cuenta —añadió.

Yui vio como su padre enarcaba una ceja.

—¿Te refieres a vivir solo? —Akiko alarmada miró a su marido pero éste solo miraba de manera grave a Yui.

—Llevo haciéndolo desde hace un tiempo después de todo —soltó Yui rencoroso, sin mirar a su padre y negando a que la sombra de la culpa que leyó en la expresión de su padre le hiciera ceder a esa repentina y loca decisión—. Iba a mudarme hace unas semanas —explicó—. Y había mirado algunos trabajos —continuó mintiendo, sin mirar a nadie en concreto y deseando poder levantarse y salir de aquella cocina—. No lo hice porque sucedió esto —No iba a explicar a qué se refería. Yui daba por hecho que sabían que hablaba de ellos—. Y supuse que debía quedarme pero creo que es el momento de comentarlo. Si tenemos en cuenta el tiempo que llevo viviendo prácticamente solo y que aún sigo de una pieza y no me va mal, creo que no debería importar que me fuera.

Por Siempre (ETERNIDAD 2) (chico x chico)Where stories live. Discover now