Sexo en el camerino.

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Respondí relajando un poco mi respiración. No sabía que Perrie podía hacer esas cosas con su lengua, cuanto te envidio, Hadid. 

- Pues, lo que sigue es mejor. 

No sabía a que se refería Perrie con eso pero Pezz es una caja llena de sorpresas, así que sólo me dejé llevar por ella. 

Aún estando acostada en el sofá, Perrie pasó un de sus piernas sobre mi dejándonos así en la posición de la "tijera". La rubia comenzó a hacer pequeños movimientos de arriba hacia abajo rozando nuestros clítoris. Esto es lo más cerca que he estado del cielo. 

Cada vez lo hacía con más fuerza y más fuerza hasta que no pude evitar empezar a gemir. Y temía que mis gemidos se escucharan afuera porque eran bastante fuertes. Perrie empezó a apretar mis senos con mucha fuerza, y sentía  un dolor y placer combinados que me encantó. 

No se cuánto tiempo llevábamos en eso y lo que temía pasó, alguien tocó la puerta. Perrie abrió los ojos como platos al igual que yo, nos detuvimos de inmediato, Perrie tomó su ropa y se escondió debajo de una mesa que por suerte tenía un largo mantel encima. 

-¡Ya voy! 

Le grité a quien estuviera tocando la puerta. Tomé una bata que colgaba del perchero y me la puse rápido, tratando de acomodar un poco mi cabello y calmar mi agitada respiración que dejó Perrie en mi. Abrí la puerta y bueno, era de esperarse...

-¿Te puedo ayudar, Gigi?

 -¿Has visto a Perrie? Hace rato no la veo y no la encuentro por ninguna parte y pensé que tal vez estaría contigo

Mi respiración se aceleró al escuchar eso, pero pude controlarme y responderle

-No, no la he visto, ¿ya la buscaste entre el público? Tal vez esté firmando autógrafos o algo así

Gigi rodó sus ojos, dio media vuelta y se fue. Cerré la puerta y le puse el seguro. Vi como Perrie salía desnuda desde abajo de la mesa y reí un poco. Ella me miró como diciendo ven aquí y yo obedecí sus ordenes, me saqué la bata y nos besamos, ella me tomó con fuerza contra su abdomen, bajó su mano, y empezó a masturbarme, con fuerza pero delicadamente. Sentí que iba a caer a sus pies, y ella lo notó y fuimos de nuevo al sillón, ella me empujó a el y yo caí sentada de frente a ella, ella se puso de rodillas, y me tomó las piernas, y me las abrió por completo, sentí algo de pena pero la excitación pudo más. 

-Deberías rasurarte

Dijo Perrie, y pude sentir como mis mejillas se calentaron, estaba roja, y muy apenada. 

-Pero tranquila, así me gusta...

Pude respirar con tranquilidad otra vez, Perrie llevó su lengua hasta mi clítoris de nuevo y empezó mi paraíso. Pasaron alrededor de cinco minutos, cuando Perrie alejó su cabeza, y empezó a usar sus dedos. Primero el del centro, luego el índice y después el anular, en cuestión de segundos ya tenía sus dedos metidos en mi vagina. 

Perrie se levantó y quedé en shock por un momento, jamás me hubiera imaginado lo que iba a hacer, Perrie me puso sus manos en los hombros y me acostó, se montó encima mío, y brincó un poco, luego se dio vuelta, y yo  en ese momento supe que iba a pasar, haríamos un "69".

Me sentí un poco extraña, nunca había lamido una vagina. Sólo  me dejé llevar. No se por qué pasaron por mi mente recuerdos de mi primera vez... con Martin. No debí entregarme a él, y no sé si este haciendo lo correcto en entregarme a Perrie. Ignoré mis pensamientos y comencé a devorarle la vagina a Perrie. La excitación inundaba mi cuerpo, no se si esto es solo lujuria o amor. Empezamos ambas a movernos hacia adelante y atrás, yo empecé a gemir un poco, y Perrie igual, sentía... sentía como mi piel se erizaba, y algo en mi estómago empezaba a revolverse. Estábamos apunto de alcanzar el orgasmo.

Lesbiana Por Accidente.Where stories live. Discover now