- Sostén esto, estoy olvidado algo muy importante - El moreno asintió confundido y ni medio tuvo la canasta en las manos vio como el pelinegro salía corriendo y se perdía entre los largos pasillos.
Ya solo, analizó la situación.
No había pasado ni dos semanas del terrible accidente ¿Por qué YoonGi actuaba tan normal? ¿Por qué sonreía así de despreocupado? ¿Por qué actuaba como si nada? Su cabeza se llenaba de malos pensamientos. No podía ser posible que a estas alturas el pelinegro dejase ver su verdadera forma de ser. Apretó los dientes ante la idea que estaba cruzando por su cabeza y la ira floreció en su pecho. No era posible, quería creer que solo eran cosas estúpidas en su cabeza.
Estaba enojado, no, estaba furioso.
Mientras apretaba sus manos miró la canasta del pelinegro que tenía cosas básicas en las compras pero lo que más le descolocó fue ver un bote de shampoo de vainilla. NamJoon sabía que ese no era ni de cerca algo que su amigo utilizaría lo que significaba que era para alguien más.
YoonGi llegó y aún con la sonrisa en el rostro fingió ignorar el aura tenebrosa de su amigo. Allá su problema se dijo.
- Gracias, él me mataría si ve que no llegó con sus galletas.
Suspiró y cogió su canasta justo cuando la persona del frente se movió y la señorita llamaba al siguiente que era él.
Ansioso por llegar a su casa con su pequeño, entregó las cosas y sacó su billetera para extraer una de las tantas tarjetas y pagar.
NamJoon se puso más furioso al escuchar a su amigo. Él ¿quién mierda era ese? Respiró profundamente calmándose. Nada salía bueno de la ira por lo que mejor se calmó. Debía haber una buena razón para lo que creía pasaba.
- ¿Para quién son esas galletas, YoonGi?
Sus palabras salieron como veneno de su boca, era imposible que el pelinegro estuviese manchando el nombre de la persona que más apreció en su vida.
Debía haber una buena razón, era todo lo que se repetía mentalmente.
YoonGi lo miró incrédulo. ¿Por qué le preguntaba semejante estupidez? Mientras la señorita enfundaba las cosas que ya estaban pagadas regresó a ver a su amigo con curiosidad y sonrió divertido.
- Para Jimin, para quién más. - Respondió como si fuese la obviedad más grande que existiera.
NamJoon abrió la boca sin creer lo que su amigo le había dicho.
- ¿Q-qué?
La señorita volvió a llamar la atención del pelinegro que cogió las fundas de compras y la tarjeta guardándola en su billetera. Por fin volvería con su pequeño.
- Bueno, Nam ha sido bueno verte de nuevo pero si llegó después de que despierte, no quiero saber que me pasará. Bay...
Y sin más se fue dejando al moreno con el rostro plasmado en susto. Namjoon se quedó allí sin creer lo que el pelinegro le había dicho.
Era imposible.
...
YoonGi conducía el auto tranquilamente dejándose llevar por la canción que pasaban por la radio.
Extrañamente sonaba la canción favorita de Jimin que por escucharla tanto también se convirtió en su favorita.
No tardó en llegar a su casa que seguía tan apagada como cuando se fue. Ignoró aquello y entró.
Dejó las bolsas en la cocina y con la funda de galletas caminó escaleras arriba a la habitación en donde suponía Jimin seguía durmiendo.
- Te tardaste - Fue lo primero que escuchó cuando puso el primer pie dentro. - Desperté antes de que llegaras, no obtendrás tu beso por mentiroso. - Dijo con un puchero en sus labios recriminando al mayor.
YoonGi se derritió de ternura ante la imagen de su omega con los brazos cruzados sobre el pecho y con el labio salido en forma de un pucherito tierno. Se acercó y le mostró la funda de galletas, enseguida el rubio se levantó con los ojitos brillosos y arrancó la pequeña funda de las pálidas manos de su alfa.
Antes de abrir el paquete le miró con picardía cuando una idea cruzó por su mente.
- Pero podría estarte perdonando por eso, si me las das en la boca.
YoonGi sonrió sinceramente y se acercó a la cama mientras se quitaba el molesto saco de lana, abriendo las sábanas se introdujo con el omega abrazándolo en el acto y dejando un pequeño beso sobre las clavículas que se veían.
- Definitivamente me tienes loco, pequeño.
Sin perder tiempo abrió la fundita y comenzó a dar de comer a su dulce esposo, cada que terminaba una galleta Jimin se levantaba y le daba un corto beso y este más que satisfecho seguía con la dulce tarea.
La cama se sentía fría y su alfa no reaccionaba, desde hace unos días atrás había estado así pero prefería no darle importancia. Todo se sentía desolado y nada cálido.
Nada se sentía como antes a pesar de que Jimin estaba allí.
Cuando las galletas se acabaron Jimin dio un beso más largo a comparación de los anteriores y los dos se perdieron en el sabor de sus bocas. Tan cálido, tan húmedo, tan irreal.
- Ya es hora...
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He doesn't exist 《Yoonmin / Omegaverse》
Fanfiction"Y llega un momento en el que se desvanece... Nos desvanecemos..." ❥ Omegaverse ❥ Yoonmin: YoonGi "alfa" Jimin "omega" ❥ One-shot ❥ Drama / Dolor / Pérdida ❥ Die for you - The Weeknd
doesn't
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