CAPÍTULO 9

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Por fin la semana estresante de exámenes había terminado, en toda la semana me la pasé corriendo de un lado para otro de una obra a otra, tras vestidores y en el escenario; así que no tuve tiempo para ponerme celosa al ver que Karina y Jules salían casi todos los días, me preguntaba cómo es que Jules tenía tiempo de estudiar entre tantas salidas.

Pero no me ponía celosa de que salieran juntos, claro que no, me ponía celosa de que ellos salieran a despreocuparse mientras yo intentaba salvar el semestre.

Ansiaba tanto las vacaciones.

—Vamos, celebremos que acabaron los exámenes. — insiste Karina.

—Ve tú y diviértete con Jules. — le digo al borde de perder la paciencia.

—A veces pienso que te gusta Jules y que estás celosa de que salga con él. — dice cruzándose de brazos.

—Claro que no me gusta, solo que no quiero hacer mal tercio, y te lo he repetido unas mil veces esta semana— le dije y no era mentira, ahora ya sabía lo que sentía Liza cuando salíamos los tres, pero de ninguna manera haría lo que ella me hizo, mi prima es más importante que cualquier chico en este planeta—, a demás no sé qué celebras tú si ni estudiando estás.

Ella rueda los ojos y hace un facepalm demasiado exagerado.

—Es obvio que celebro que mis dos personas favoritas son libres por fin.

—Me haces sentir como una criminal que acaba de salir de la cárcel. — le digo con falso dolor.

—Es porque eso es lo que parecen los estudiantes, al parecer estamos pagando alguna condena que nuestros ancestros no quisieron pagar.

—Que dramática que eres. Hasta parece que tú eres la que está estudiando actuación.

—Está bien, no rogaré más a tu bien formado culito para que salgas de casa, espero que mueras por tu amargura. — me dice saliendo de la habitación.

—Yo también te quiero.

***

—Me han dejado salir temprano y he pasado rentando películas de terror para ver toda la tarde con mi hija favorita. — dice mi madre entrando a la casa con una sonrisa reluciente.

—Soy tu única hija Michelle. — le digo haciendo zapping en la televisión.

—Quita esa cara de amargada o terminarás como tu tía Tamara. — me regaña mi madre.

—Moriré de aburrimiento. — le reprocho.

Se sienta a mi lado y pasa un brazo por el respaldo del sillón y me atrae hacia ella.

— ¿Por qué no llamas a Jules y le dices que salgan a algún lado? O también puedes salir con Karina. — me dice sobándome el cabello.

—Han estado saliendo toda la semana, no quiero ser la tercera en discordia.

—Oh, entiendo, y estás celosa. — me aparto para mirarla mejor.

—No estoy celosa, solo no quiero estorbar entre ellos, Karina es mi prima y la pasa bien con él, no tengo por qué estar celosa— digo frunciendo el ceño.

—OK, no quieres estorbar— se levanta del sillón y se acomoda su traje celeste de enfermera—, iré a ponerme algo más cómodo y vuelvo para tener nuestra maratón de películas de terror— me deposita un beso en lo alto de la cabeza y cuando pone un pie en el primer escalón de las gradas, se vuelve a mí— Por cierto ¿has visto al abuelo?

—Dijo que saldría a dar una vuelta.

Murmuró un «okay» y salió disparada a su habitación.

***

Cuatro horas, cuatro horas llenas de susto son las que había pasado junto a mi madre viendo películas de terror, habíamos visto "eso" y "el exorcismo de Sali". Era una de las personas que no era para nada fanática de las películas de terror, pero mi madre era todo lo contrario, le encantaban los payasos endemoniados y las niñas a las cuales le jalaban la sabana mientras dormían.

Éramos muy opuestas en muchos sentidos, en especial en cuanto a los gustos en cinematografía.

Salté al ver como un ojo satánico aparecía por el agujero de una puerta.

—Acabas de botar todas las palomitas Melanie, eres una dramática.

—No vi venir ese maldito ojo, me asusté ¿no pudiste elegir una película romántica?— me excusé.

—Mi culpa no es que te asustes por todo. — me repuso de vuelta.

—MI culpa no es que me hayas parido tan miedosa.

—Hija de...

— ¡Hola familia! Regresó la luz más brillante de esta casa. — dice Karina entrando con una enorme sonrisa a la casa.

— ¿Viene detrás de ti?— bromeo.

—Ja ja, que graciosita— me toma de la muñeca y me hace levantarme del sillón—, necesito contarte algo, vamos a tu habitación.

—Hola Karina. — ironiza mi madre mientras vamos subiendo las gradas.

—Lo siento tía, no te vi. — entramos a la habitación y Karina somata la puerta cuando la cierra.

—No hagan tanto relajo que el abuelo está descansado— nos grita mi madre.

Karina se encoge de hombros y vuelve a poner su sonrisa de oreja a oreja.

—Jules me besó— soltó de una vez, mi cara se descompuso y me obligué a poner una sonrisa, ignorando el sonido de mi corazón, que por alguna razón desconocida para mí, se rompió.

—Cuéntame todo. — le dije con falsa emoción.

—Fuimos al mismo restaurante, por quinta vez en la semana, y bueno, todo iba normal, bromeábamos y comíamos y nos divertíamos, cuando me vino a dejar me acompañó a la puerta de la casa, y cuando menos lo esperé nuestros rostros estaban peligrosamente cerca, así que acorté la distancia, y nos besamos, fue... mágico, sus labios son tan suaves y es muy bueno besando...— y así siguió dándome una explicación infinita de cómo son sus labios, mientras yo solo me los imaginaba, ella ya los había sentido.

***

Luego de que cambiáramos de tema, ella comenzó a hablar de las vacaciones.

Lo planeamos todo, a donde iríamos una vez en Long Island, como la pasaríamos, me dijo también que invitaría a uno de sus más sexys amigos para que no me sintiera sola y también disfrutara de las vacaciones como ella con Jules.

Yo le contestaba algo desorientada, convenciéndome de que un beso entre Jules y ella no significaba demasiado, que debía guardar la calma.

Solo un beso no significaba que ya eran pareja ¿O sí?

Me lo repetía una y otra vez a mí misma para poder terminar de convencerme.

—Te mostraré una foto de él— dice Karina sacándome de mis pensamientos, saca su móvil y busca algo—, sé que tengo una por acá... aquí está— me acerca su móvil a la cara y ahí puedo ver la fotografía de un chico muy guapo.

Era alto, su pelo de un negro intenso y sus ojos azules como el agua.

—Se llama Jack, te encantará. — luego de decir eso siguió y si siguió hablando de cuan grandiosas serán nuestras vacaciones.

Solo me limite a asentir cada que ella me preguntaba una cosa.

Esa noche, luego de tanto tiempo, volví a dormirme hasta las dos de la madrugada.

No tenía sueño, pensaba una y otra vez en cómo se sentirían los labios de Jules, en qué sintió Karina al probarlos.

¿Por qué era tan masoquista? ¿Por qué no podía evitar sentir celos cada vez que mi prima hablaba de cuan maravilloso era Jules? Sabía que era maravilloso, pero también sabía que él estaba con una de las personas más importantes en mi vida.

La Vida que Soñé I || COMPLETA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora