CAPÍTULO 7

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Por primera vez en días, pude dormir temprano. Eso ya era un progreso, algo de lo que me alegro.

Pero, como muestra de que el universo siempre anda conspirando contra mí, tocan la puerta principal de la casa como si quisieran tirarla. La persona al otro lado de la puerta no habrá notado el timbre que está ahí por una razón: evitar que golpeen de esa manera la puerta.

Si era un ladrón, debía ser uno muy malo en lo que hacía.

Una y media de la madrugada y alguien toca la maldita puerta infernalmente- pienso.

Cuando bajo, encuentro a mi madre en la puerta, pero no puedo ver quien tocaba la puerta de esa manera ya que Michelle Williams me tapa la vista hacia la persona que me robó la inspiración de luchar por mis sueños.

-¿Qué hiciste qué?- dice mi madre a la otra persona.

-Me tenía harta, sabes cómo es tu cuñada. - dice la voz de una chica, la cual se me hace conocida y trato de recordar.

-Pero es tú madre. - le dice mi madre en tono cansado y a la vez comprensivo.

Me acerco lentamente, no llevaba zapatos así que no notaron que estaba atrás de ellas.

-Solo te pido que me dejes quedarme un tiempo acá- le suplica la chica-, te prometo que encontraré trabajo y te ayudaré con lo que desees.

-No tengo problema con eso, solo no quiero tener problemas con tu madre, sabes que ya mucho me odia por haberme casado con su único hermano.

-También te prometo que no te causaré ningún tipo de problema.

-Ok- dice mi madre rendida-, estás loca Karina.

-¡¿Kari?!- digo emocionada llamando la atención de las dos mujeres paradas en la puerta de mi casa.

-¡Melangas!- dice mi prima abriendo sus brazos para que yo me acercara a abrazarla.

Y eso hice, corrí a sus brazos. Tenía tiempo de no verla, desde que había muerto mi padre exactamente.

-Te he extrañado boba. - me dice rompiendo suavemente nuestro abrazo de reencuentro.

La quería como a una hermana.

-¿Qué haces acá?- le digo empujándola conmigo hacia dentro de la casa.

Se me había quitado el sueño, ahora solo quería saber por qué había aparecido de esa manera a la una y media de la madrugada.

-Tienes que dormir pequeña, mañana te cuento. - me dice sentándose en el sofá.

-Quiero que me cuentes ahora mismo. - le digo seriamente.

-No, a mañana te cuento, hazme caso que soy mayor que tú. - dice en tono serio también.

-Mel, Karina tiene razón. Mañana tendrán tiempo para hablar, ahora tienen que descansar. - miro a mi madre de mala manera, se supone que es hora de que saque su adolecente interior y también le suplique a mi prima para que nos cuente que le ha sucedido, bueno, más a mí porque a mi madre ya le ha de haber contado.

-Gracias Michelle.

-De nada linda, para eso están las madres.

Le saco la lengua y me dirijo a mi prima, quien está bostezando.

-Puedo quedarme acá tía. - dice Karina estirándose en el sofá.

-De ninguna manera- le digo yo tomándola de la muñeca para levantarla conmigo-, tú eres bienvenida en mi cuarto, lo único malo que puede pasar es que me pases los piojos, por otro lado, mi cama es enorme.

La Vida que Soñé I || COMPLETA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora