— PROMISES —
POV. RACHEL
Chicago, Illinois
Tres años después.
Nunca fui amante de las promesas.
Resulta jodidamente irónico, puesto a que todos las hacemos. Desde pequeños vamos por ahí, correteando con nuestros compañeros de pre-escolar, uniendo nuestros dedos meñiques y prometiendo el típico "Seremos amigos para siempre". Esto, en vez de ser ridículamente llamado como promesa, debería ser calificada como la mentira más usada por los seres humanos. Es increíblemente tonto que sigamos creyendo en esta mentira consecutivamente, con la estúpida esperanza de que se cumpla.
Di media vuelta en la cama y quedé mirando hacia la pared color mostaza.
"Estaremos juntos para siempre, Rachel"
¿Cuántas veces me han roto aquella promesa? Creo que ya he perdido totalmente la cuenta.
El hecho de haberle creido a todas esas personas sus estúpidas promesas, me llevó a ser quien soy ahora. Soy una persona cargada de miedo, remordimiento, desconfianza e inseguridades, muchas inseguridades. Se me hace completamente imposible mirarme al espejo y aceptarme como soy. Intento sonreir frente al espejo y sentirme bonita, pero cada vez se me hace más dificil creerme. Supongo que la palabra que me describe seria idiota.
Sobre todo por haber creído en que el amor existía.
Y no hablo de cualquier amor.
Una lágrima se deslizó delicadamente por mi débil y delicada mejilla izquierda, luego otra le siguió. Siguieron deslizandoce en silencio hasta que perdí la cuenta de cuantas han pasado en los siguientes dos minutos. Lo único que pasa por mi cabeza son promesas, promesas rotas y baratas. Pude haber soportado que rompieran cualquier otro tipo de promesa, pero decidieron romper la más importante.
Ahogué un grito en mi garganta, y apreté mis sabanas hechas mierda. Mi garganta comenzó a expulsar gemidos de dolor y desesperación, quería gritar con toda mis fuerzas. Las lágrimas brotaban con constancia de mis ojos.
Sin apenas darme cuenta caigo en los brazos de morfeo, fundiendome en los sueños mas dulces.
[•••]
En la mañana desperté desconcertada; así que miré hacia mi reloj en la mesa de noche .
6:37 a.m.
Froté mis ojos inchados a causa del llanto. Supe que ya estaba algo calmada, así que me dispuse a salir de la cama y prepararme para ir al instituto. Caminé hasta el baño algo aturdida por el aire somnoliento que seguía poseyendo, pero al estayar el agua fría del lavamanos en mi cara el sueño se fue al instante. Ya bastante despierta me miré en el espejo. Mi cabello estaba obviamente despeinado, no encontré rastros de baba por mi boca, pero mis ojos estaban hechos un asco. Unas grandes ojeras estaban posadas bajo ellos, y se veian rojos y cansados.
Traté de ignorar el hecho de que paresco haber salido de alguna de esas peliculas trágicas en las que se muere un ser querdido y el protagonista lleva en depresion mas de un mes, y me desvestí. Comencé desnudando mi torso, luego quité mis pantalones y bragas, finalmente entré en la ducha. Encendí el agua tibia y enjaboné cada parte de mi cuerpo, comenzando por mi cara. Intenté quitar cada suciedad de ella, y luego proseguí con todo el cuerpo. Una vez ya terminado, quité el jabón. Así terminando la primera parte de mi rutina mañanera.
