Epílogo

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Miro el torso descubierto de su reciente esposo y suspiró, ese era por mucho el día más feliz que podía recordar hasta el momento. Tenia cada detalle de su pequeña ceremonia tallada con fuego en la memoria, su madre hubiese preferido algo mas grande y llamativo, pero ya varias familias se habían retirado a sus casas de campo, por lo que el jardín de Lord Spencer, fue perfecto para la intima celebración.

Aun podía sentir las miles de sensaciones danzando en su vientre y el calor que emanaba el cuerpo de su marido la mantenía despierta siguiendo el vaiven del aire que entraba y salía de sus pulmones de manera constatante y tranquila, todo lo contrario de a como había sido solo momentos atrás. Al inicio el miedo a lo desconocido se apoderó de ella, pero lentamente se fue dejando sumergir en ese mar de sensaciones que la envolvió en un abrir y cerrar de ojos.

Con pesadez se levantó cuidando no despertar a su lindo marques. Había algo que no salía de su cabeza, que la había perseguido durante esa semana alocada previa a la boda. Su pequeña hermana, Paige Lowelace, sus ideas erroneas del matrimonio, deseba que hubiese estado ahí, que fuera testigo que esas cosas que ella llama "imposibles" si suceden.

Londres, 1823

Querida hermana menor, te escribo por multiples razones. La primera y mas importante es compartirte mi reciente felicidad. Estoy escribiendo en mi noche de boda, eso debería darte una noción de cuanto te quiero mi pequeña reboltosa. Esta temporada te he escrito muy poco y lo lamento sinceramente, se que no es fácil para ti estar sola con la abuela, reciento dejar atrás esos años de travesuras y aventuras a las que tu me arrastrabas y en las que casi me obligabas a formar parte, pero pasó lo inevitable, estoy casada y estoy sumamente feliz por eso, no creó haberme sentido de esta forma antes. El amor si existe, yo lo estoy viviendo en carne propia, por favor no te cierres a amar y a vivir, conozco tu manera de pensar, que el matrimonio es una especie de carcel y que todo lo que conlleva solo es conveniencia y posición social, admitó que por un momento llegue a sentirme igual, pero ahora todo es muy diferente.

Momentos de cambios llegan a tu vida mi querida Paige, porque ser una debutante, no es la cosa mas maravillosa que le pueda suceder a una joven como asegura nuestra querida abuela. Aún recuerdo los nervios de la primera vez que ingresé a un salón, la manera en la que todos esperan que te equivoques, los caballeros con miradas lujuriosas y propuestas indecentes. Todo eso será nuevo para ti y aunque creas estar preparada te pido encarecidamente te mantengas alerta. La seguridad de Badminton House no la brinda nuestra mansión de Londres. Las paredes tienen ojos y los secretos son casi imposibles de mantener, si no me crees puedes preguntar a Sophia ella sabe de lo que habló. 

¿Porque digo todo eso? Sencillo, tu eres especial hermanita y me siento apenada de haberte tenido este día tan importante por eso pensé escribirte, para hacerte parte de él. Además quizá la próxima vez que tenga el placer de verte sea en tu debut.

Quiero estar presente mi niña, cuidarte, avisarte las cosas que tus sueños olviden decirte. Porque ese extraño don tuyo me asusta y me encanta. ¿Sabes? La mujer de cabello negro y ojos azules apareció y si me persiguió, me hizo una herida en la pierna que aún no termina de sanar por completo. Pero esas son cosas que ya estan en el pasado, que no quiero recordar. 

¿Sabes Paige? Ahora comprendo minimamente a mi madre, deseo verte comprometida y casada, pero no por lo que piensas, mas bien anheló que sientas todas esas cosas reservadas para los amantes, que sin importar los errores de esa persona especial o sus defectos puedas continuar amandola.

Con amor, Lady Granby.

-¿Que haces?- escuchó la voz de su marido grave y varonil cerca de su oreja.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora