Capítulo 11

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Respiro hondo antes de salir de su escondite, aun no lograba emerger de su turbación ante lo sucedido y no solo por el hecho de ser encontrada bajo la cama de un hombre como una amante escurridiza, sino también por toda la información dada por su hermano en un extraña estocada de sinceridad. Sabía que su padre se marchó y nadie parecía saber la razón o cuando regresaría, pero si era sincera la mención de su antiguo pretendiente disgustado la dejo un tanto más descolocada.

-Charlotte Elizabeth Lowelace ¿Qué esperas para salir de esa cama?- la voz de su hermano le pareció más imponente que nunca, y sus manos y piernas parecían incapaces de moverse.

Respiró hondo antes de salir de su escondite con parsimonia exagerada, incapaz de mantener quietas sus extremidades y sintiéndose terriblemente avergonzada.

-Lord Worcester, permítame explicarle este mal entendido- escuchó la voz de su prometido a sus espaldas en un intento de salvar la situación.

-No se lo permito Milord, lo espero mañana en el despacho del duque a primera hora para hablar sobre el asunto- zanjó Drake con una máscara de seriedad.

Sin decir una palabra más camino hacia la salida y ella sin pensarlo dos veces lo siguió como oveja a su pastor.

-Drake, no ha pasado nada, puedo explicarlo, no creas que nosotros...- comenzó a decir una vez salieron de la habitación, emprendiendo el camino a la suya.

-Charlie, si tú dices que nada pasó, te creo está todo bien- su postura cambió a una más relajada -Muy a mi pesar él será tu esposo, pero no por eso pueden andar escabulléndose a la habitación del otro ¿Crees que no me di cuenta que entró a la tuya? No pude dormir toda la noche pensando en esa posibilidad, vi la luz su vela acercándose- concluyó con una de esas sonrisas tan suyas.

-Drake yo...- no sabía qué decir ante semejante declaración, jamás había estado en una situación ni por asomo parecida.

-Sé que estás creciendo, pronto dejaras esta casa y te convertirás en marquesa- para este punto ya habían detenido su marcha frente a la puerta de su habitación -Pero para mí siempre serás mi pequeña e inocente Charlie- dijo dándole un cálido abrazo.

-Gracias Drake- contesto devolviéndole el abrazo a su hermano mayor.

-Ahora debes dormir ha sido una larga noche, aun debo ir asignar los turnos de vigilancia- Drake beso su frente con delicadeza para luego ir a cumplir lo antes dicho.

Una vez dentro de su habitación se dejó caer en su cama turbada y sabiendo que le esperaba otra noche más en vela. Aun sentía una extraña presión en el estómago y podía jurar que el aroma varonil de Lord Granby estaba impregnado en su piel. Pero no podía engañarse de ese modo, él ya tenía a alguien a quien amar y ella solo constituía parte de su deber.

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Sophia acarició las diferentes telas que se exhibían en la exclusiva boutique de madame Rushell, mientras analizaba a detalle el rostro atribulado de su castaña amiga, intentando digerir la información recibida, que de no ser por qué la misma Charlotte se lo estaba diciendo jamás creería.

-He visto muchas cosas en esta engañosa ciudad, pero jamás creí escuchar a la inocente Charlotte narrar una hazaña como esa- comento evidentemente divertida aprovechando que la modista se encontraba buscando uno de los modelos que solicito su amiga.

-Sophia, mi mayor deseo es enterrar esos recuerdos en el cementerio del olvido- su rostro reflejaba la vergüenza y aunque aquello a ella no le parecía demasiado grave sabía que no todos pensarían de ese modo, menos su amiga siempre correcta y precavida.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora