2. Un infinito grisáceo

95 22 4
                                    

▪

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Todo paso demasiado rápido ayer, el hombre nos noqueo en cuestión de segundos y todo lo que vi después fue el color grisáceo de una celda. —Matthew—. Logro escuchar a lo lejos, me pongo de pie y comienzo a analizar mi alrededor.

Un bucle que parece infinito de celdas, cuando veo con detenimiento hacia la derecha, visualizo a Chloe, quien mira esperanzada hacia la izquierda. —¿Qué sucede?—. Ella observa hacia mi posición y frunce el ceño apenas me ve. —Matthew está ahí—. Murmura y vuelve a mirar hacia él.

—¿Está bien?—. Si eso significa que tiene menos moretones que en aquella foto. —No sé, Darrel. No necesitas saber nada de él—. Ignoro completamente sus palabras e intento escapar del lugar. —¿Haz visto a Clementine?—. Murmuro, la celda no parece abrirse.

—¡Chicos!—. Su voz alarmada resuena por algún lugar, observo a la rubia y noto que ella está igual o más desconcertada que yo, la otra chica no parece estar en nuestra visión. —¿Dónde estás? ¿Puedes vernos?—. Grito potencialmente, y me arriesgo totalmente a que los desconocidos nos descubran despiertos. —Estoy a dos celdas al frente de Matthew—. Camino rápidamente hacia la esquina derecha de mi celda y logro verla en el fondo.

—¿Estás bien?—. Pronuncio, cuando logro observar que alguien abre su celda. —¡Déjenla!—. Chloe sonríe ampliamente, no comprendo cuál es su razón cuando siento unas llaves colocarse a mi izquierda. —¡No toquen a Matthew!— Dice y su sonrisa desaparece, ambos hombres pasan frente a nosotros llevándose a Clementine y Matthew, quien ya no se encuentra inconsciente. 

Apenas me ve, hace una especie de señas que indican que está bien. Vuelvo a respirar con normalidad y me rehúso a sentarme nuevamente. Observo detenidamente a Chloe, quien se encuentra rodeando su cuerpo con sus brazos por arriba de sus piernas, se consuela así misma y respira con dificultad por lo que debe estar llorando. 

—Todo estará bien—. Aunque nuestra relación no sea la de hace años, aún puedo consolarla cuando lo necesite. —¡Cállate!—. Se voltea repentinamente y descubre su cara llena de lágrimas, me observa con asco, como si fuese su propio padre. —Tu desgraciado consuelo no cambiará nada de lo que me hiciste, rompiste años de amistad para saciar tus anormales gustos—. Se ríe, observa mi cara y no hace ninguna especie de señal para que sepa que es una broma de mal gusto, ahora sé que estuve bien en tratar de alejarme de ella. No es ni de cerca lo que era hace tres años y no alcanza para ser siquiera una amiga.

—Mis anormales gustos al menos no me llevan a dañar a otros. ¿Necesito recordarte como haz hecho llorar y llevarle al extremo a una persona que no te hizo nada?, sin mencionar que fue un antojo tuyo, eso te hace la misma mierda que al parecer soy yo—. Su cara de satisfacción es eliminada en cuestión de segundos, levanta un dedo de su mano y abre lentamente la boca, no dice nada.

Cuando vuelve a ponerse en su posición, siento un gran estruendo a lo lejos, Chloe vuelve a levantarse y se acerca rápidamente hacia la puerta de la celda y observa hacia la izquierda. —¿Ves algo?—. Alcanzo a decir cuando comienzo a sentir pasos —Hay un chico, corriendo—. Su voz normal ha vuelto, no hay residuos de sus lágrimas y el nervio que le da insultar o discutir con otra persona. El chico pasa justo al frente de mi, tiene una gran piedra en su mano y antes de que pueda decir algo golpea el candado que tengo justo al frente.

Al parecer, no son de un material muy eficaz, ya que se rompió de un sólo golpe. —Ayúdala a ella—. Me dice y me da la piedra. Toda la furia reprimida que se encontraba en mi sale cuando golpeo el candado, saliendo rápidamente disparado. El chico observa meticulosamente, en cuanto un hombre pasa hasta llegar al pasillo el comienza a correr, haciendo que ambos lo sigamos.

Siento varios disparos cuando veo a un chico encerrado en una celda, trato de frenar pero Chloe me agarra y me hace continuar corriendo, dejando al pobre chico espantado en aquel lugar. Giramos hacia la izquierda en otro pabellón y justo al final hay una gran puerta, al parecer esta no se encuentra cerrada. —¡No hay salida de aquí!—. Los hombres comienzan a gritar con la intención de que nos detengamos.

—¡Matthew nunca será libre si no se detienen!—. Y veo lo que temía, Chloe paró en seco, alguien toma de mi mano y me lleva hacia la puerta. —Tu amiga podrá esperar, debemos llegar y salir—. Decidido, comienzo a correr junto a su lado hasta que nos encontramos en una sala sin salida. —No... No—. El chico a mi lado saca un pequeño mapa y veo como golpea su cara repetidas veces.

—Hemos ido por la ruta contraria—. Dice, puedo sentir como mi mundo se derrumba de nuevo, un arma aparece desde la puerta, se dirigen hacia nosotros, apuntan justo en la cabeza del chico. —No intentes nada... Darrel—. Esa voz... lo observo rápidamente, no tiene mayor daño que los mismos moretones, camino hacia él y lo abrazo de inmediato, sin importarme los hombres a mi lado. —No temas, te sacaremos de aquí—. Digo, y vuelvo a ver al hombre que nos observaba, o eso suponía ya que su cara estaba tapada.

—Acompáñanos, parece que ya haz conocido a nuestro Eliott. Es muy divertido tenerlo aquí, en cada misero intento de escape lo detenemos sin ningún esfuerzo, nuestras instalaciones son de las mejores en seguridad y no creo que puedan salir nunca a no ser que los dejemos—. Me hace comenzar a caminar y mantiene su arma en todo momento en mi nuca. Eliott me observa cuantas veces puede y no dejo de tener curiosidad ante él.

Ahora, volvemos al infinito grisáceo, en donde nos dejan de forma que todos podamos mirarnos entre tantas celdas. Matthew a la derecha al frente, Clementine al centro y Chloe a la izquierda. No hay señales de Eliott en ninguna parte, y no creo que lo volvamos a ver.

El asesinato de Matthew [Reescribiendo]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora