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Harry

Joder, ella era—es—tan malditamente hermosa... E inocente, joder. No actúa como una bebé, por supuesto que no. Pero es tan malditamente pura.

Pagar por aproximadamente cuatro horas con ella es costoso. De verdad que es poco más de un cuarto de mi salario—Cabe destacar que me baño en billetes—, y para que sea solo mía y no tenga visitas era una suma más.

Para comenzar no llegué a esta especie de burdel por voluntad propia. Un amigo me trajo diciendo que me llevaría a un lugar especial. Y vaya que lo hizo. En ese momento me dejó elegir a una chica y sin dudarlo elegí pasar la noche con Bonnie. Pero no tuvimos nada, solo charlamos y prácticamente me piqué de intriga hacia ella.

Quiero decir, a la edad de cualquier pre adolescente o incluso cualquier mocoso ya está consientemente de sexo. Y ella no, tan pura.

Mis visitas se hicieron frecuentes los primeros dos años. Después fueron disminuyendo pero nunca la dejé. Pagaba para que nadie más la tocara, ella no merecía eso porque ella no sabía lo que le hacían. Yo la quería, tal vez.

Pueblo Dolly [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora