Capitulo 31; La huida y un final

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Con total entereza y tranquilidad Dana atravesó aquellos pasillos, acompañada por sus supuestos abogaos y franqueada por dos policías.  Se paro ante el detector de metales y dejo su bolso al guardia, paso por el detector y recogió su bolso.   Espero a que sus acompañantes repitieran el proceso con sus maletines y después siguieron su camino hasta ha ventanilla donde entrego el papel de confirmación de visita .  El policía que estaba detrás asintió, llamo por teléfono y pulso un botón para abrir la verja principal

Inmediatamente Sulivan se paro ante ellos y con autoridad les pidió que le siguieran, caminaron tras el hasta la puerta de la sala, el la abrió y asintió con la cabeza para que pasaran.   Nada mas entrar caminaron hasta la mesa de visitas y despegaron las armas que estaban sujetas con cinta aislante bajo ella.   Tomaron asiento en las sillas ante la mesa y esperaron a que trajeran a Giovanni  

Dana miro la cámara de seguridad, el piloto estaba rojo, pero tal como le dijo Jordan no daba imagen real, estaba congelada.   La puerta se abrió y un guardia hizo entrar a Giovanni aun esposado, el miro a su hija con el ceño fruncido y se sentó frente a ellos

-¿Estos son los abogados? –Miro a ambos hombres

-Si papa  -Dana observo como el policía se marchaba –Ellos te van a sacar de aquí

-¿Dana estas bien? –Giovanni frunció el ceño

-Perfectamente papa –ella miro a Julio y el asintió, saco su teléfono y marco una llamada, después colgó inmediatamente   Era la señal, en unos segundos las puertas de las celdas se abrirían   Y ahí estaba la alarma

-¿Qué? –Giovanni miro a todos lados confundidos

-¡Vamos rápido! –La puerta se abrió y Sulivan entro con su arma en la mano

-¡Vamos papa! –Dana se levanto de su lugar con la pistola entre sus manos y los supuestos abogados la imitaron

-¿Pero que es esto? –Giovanni miro a su hija sorprendido

-¡No hay tiempo de explicaciones! ¡Tenemos que irnos! –Dana se acerco a su padre y le miro nerviosa

-¡Vamos! –Julio se asomo a la puerta -¡Esta despejado!

Y todos salieron corriendo de la sala, con sus armas preparadas

-¿Por qué no me dijisteis que le habíais quitado la vigilancia? –Néstor miro a León molesto

-¿Por qué decírtelo? –El negó con la cabeza –Ya olvídate de esa mujer, no quiere saber nada de ti  Hasta esta viviendo en casa de otro hombre

-No vuelvas a decir eso –Néstor apretó los puños furioso –Tengo que hablar con ella

Amor ilegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora