Tres segundos de amor

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Desde la fiesta nos veíamos seguido. El se paraba a una calle de mi escuela y ahí me esperaba, yo sentía chidísimo namas de verlo, todo encorvado y con un cigarrote sin filtro en la boca. No entraba a clases: me iba con él. Íbamos al parque, al centro comercial, desayunábamos hot dogs de los más baratos. Él casi nunca traía lana para pagar, pero hacíamos la coperacha entre los dos. Me sentía bien feliz, tenía todo lo que desea una gran mujer de diecisiete años

A la semana lo llevé a mi casa en la vecindad. No hay nadie en las mañanas. Yo quería ir al cine, pero Benjas, dijo que esperará un rato. Puse una canción que me pone bien prendida. Ya iba a llegar mi Ma, en media hora, sé lo dije y en friega me cargó y me llevó al cuarto. Se quitó todo en menos de dos segundos, por Diosito que sí. Primero le dije que no, no quería que pensara que soy una zorra, le dije qué el día de la fiesta había sido cariñosa namas por borracha . Me Rogó por diez minutos antes de que aceptara, la verdad es que yo también por dentro me moría de ganas. Era el tercero con el que iba a hacer el amor, la neta yo sabía que era diferente a los otros dos. Me sentía emocionadísima, pero un pelín nerviosa, me había bañado en la mañana y no sabía si podía oler medio feíto, sobre todo de abajo, de mi partecita. El ritmo del Reggaeton sonaba mientras él besaba mi boca y luego mi cuello. El tiempo pasaba bien despacito, el cuarto olía a ropa sucia y al perfume de Benjas. Me quité toda la ropa y cerré los ojos. Sentí su cuerpo calientito encima de mí, delicioso, disfruté durante unos segundos hasta que...

—¿Chale, ya acabaste, tan rápido?

—Sí. Es qué me vine en chinga porque sabía que ya va a llegar tu jefa. No quiero que nos agarre en tu cuarto sin ropa y piense que soy un chaca.

—Pos eso sí. Eres bien considerado, pero falta media hora pa que llegué y tu sólo duraste unos segundos —dije bastante desilusionada. Todavía me sentía cachonda —. Pues vámonos pal cine ahora sí, como prometiste.

—¡Ah! Yo decía que mañana. Hoy no traigo lana. Tuve que ir a...

—¿Entonces ni eso, ni al cine? Chale acabas rapidísimo y ni siquiera vamos a salir.

—Ya te dije que terminé rápido pa ti. Imagina que penota, que nos encuentre tu jefa sin ropa. Yo me preocupo en que todo te salga chidísimo, porque yo si te quiero de verdad no soy como los otros chavos.

Yo estaba bien ilusionada de salir con alguien que si se preocupaba por mí. Quería salir. Ir a la plaza comercial y que todos me vieran del brazo de él. Comprar el combo más caro de palomitas, refresco, helado y hot dog. No como mis amigas que sus novios nunca les compran nada y ponen de pretexto que los chavos del cine les escupen a las palomas, ni es cierto lo dicen pa no gastar.

No sabía si ponerme triste o contenta. No dije ni pío por un rato hasta que se me bajó la calentura, él veía las caricaturas en la tele, Scooby doo resolvía un pinche misterio. Me gusta ese perro, ayuda a los demás y encuentra a los maleantes, no como mi perrita la chocolata que todo lo que hace es comer, cagar y dormir sin un orden. A mi vecino del cinco, el taxista, lo asaltaron unos chacas saliendo del banco, había sacado el billete para comprar un coche porque el que chambeaba no era suyo y pagaba cuenta. Yo creo que el cajero estaba de acuerdo con los ratas. Él no les dio el dinero y le abrieron la panza con una navaja. A mí me dio muchísimo coraje, porque él a veces me llevaba a la escuela cuando se me hacía tarde y no me cobraba nadita. Este mundo estaría mejor con más Scoobys y menos ratas.

Benjas se fue antes de que llegara mi Ma. Yo me quedé en mi cama, imaginando que nos casábamos y hacíamos una fiestota. Yo me pondría un vestido bien chido de esos que están de moda, blanco, con cola detrás pero minifalda por delante. Y él con un traje de pingüino. Sentía mariposas namas de imaginarlo.

Mariposas que se hicieron murciélagos al pensar: ¿y si me deja?, ¿y si está ahorita con otra tipa en la cama? Son burradas, pensé, el me quiere me lo dijo hace ratito antes de que hiciéramos...

Sí, antes de hacer el amor. Qué tal si el maldito desgraciado todo lo que quería era sexo como si fuéramos unos puercos. Mi amiga Perla dice que todos los hombres son unos puercos y que estaríamos mejor si fuéramos namas mujeres en el mundo, que vivimos en un Padriarcado y el Padriarca es un desgraciado con nosotras. Yo no entiendo muy bien eso, pero debe ser cierto porque ella lee un buen es de las que en vez de ver las pelis de vampiros en el cine, lee el libro, ¡y de los que no tienen dibujos!

Ya estaba segura que el cabrón debía estar con otra tipa. Le marqué a su teléfono celular y no entraba la puta llamada. Así la seguí como una hora hasta que me contestó.

—¿Con quién estás, por qué no contestas, qué hacías?

—Estaba en el baño. No inventes llamaste noventa y cinco veces.

—No me digas mentiras, Benjas, dime la verdad o te juro por Dios que...

—¡Qué estaba cagando! Chale, ni había casi papel. Perame, voy a limpiarme bien y te marco en diez minutotes.

—Ni se te ocurra colgar, o te cuelgo yo de los...

—¿Qué te pasa, Ale, estás bien loquilla?

—Júrame por tu madre que estás solo.

—¡Te lo juro! Te llamo en diez minutos que me está picando el culo.

Eran las cuatro y diez cuando lo dijo. Los minutos pasaban bien despacio. Yo tenía el teléfono en la mano y veía el reloj. No estaba nada segura de que el cabrón me dijera la verdad. Habíamos hecho el amor, ¿que eso no significaba nada?, ¿por qué prefería ir a limpiarse la cola antes que hablar conmigo? Yo en su lugar no hubiera colgado, total ya después me baño con harto jabón. Las cuatro y veinte, el malnacido no ha llamado. No voy a llorar me repetía, no por un idiota, no voy a llorar, pero a las cuatro veinticinco ya no pude y lloré un buen, como un río grandotote. A las cinco llamó por fin. Me paré de volada a contestar, pero recordé los consejos de Perla "déjalos que esperen nunca contestes a la primera, los hombres sólo entienden con malos tratos son cómo animales, siempre en celo". No contesté. Pensé en que hasta que llamase hartas veces ya lo haría, pero sólo llamó una vez. Me quedé esperando varias horas. Le tuve que llamar yo.

Las alas de los Suburbiosحيث تعيش القصص. اكتشف الآن