Capítulo #19 2/2

14 4 30
                                    

Busco a Tae con la mirada, y al no encontrarlo en el parque entro a la casa y reviso cada rostro, ninguno coincide.
 Voy a todos lados, sólo falta una habitación. Si no ha estado en toda la casa, debe estar en la consola del dormitorio, jugando.
 Entro ahí pero no encuentro a nadie. Me doy por vencida y cuando me volteo un puño empuja mi mejilla haciéndome caer al suelo. La mejilla me arde.

 Quise incorporarme pero esa persona se posiciona encima mío inmovilizándome.

—¿Me recuerdas? —pregunta con la cordura baja. Recuerdo su voz completamente y al verlo me llenó de furia.

—Jungputo —me río en su cara a carcajadas como maniática.

—¿Cómo me llamaste? Repítelo —dice con mucho enojo.

—Jung-pu-to —separo su nombre en sílabas para hacerlo enojar más.

—Eres valiente —sonríe de oreja a oreja mientras que sus flecos tapaban sus ojos, dando como resultado una escena tensa y turbia.

Pone sus manos en mi cuello y comienza a apretarlo, asfixiándome. Con mis manos, intento salir pero fallo en el intento. Mi cabeza duele y no logro tomar aire. Jungkook me sacude para golpearme contra el suelo, y de a poco voy viendo borroso.
 Desesperada y con falta de oxígeno, luego de querer separarme de él, me rindo y miro como puedo a Jungkook, éste sonríe victorioso. Lo miro con ojos perdidos, me estoy muriendo.

Mientras estoy entre la vida y la muerte, entra otra persona a la habitación.

—¿Jungkook? ¿Mirna? —mira el chico sorprendido.

—Ho... bi —nombré en un hilo de voz.

—¡Suéltala! —se abalanza a Jungkook y me lo quita de encima— ¡Idiota! —le grita Hoseok con rabia, éste le golpea.

Jungkook, como puede, se suelta del agarre de mi amigo y sale corriendo de la habitación. Hoseok mira la puerta un momento furioso, y luego me mira a mí, yo estoy recargada en un lado de la cama de Jimin tratando de respirar de nuevo. Él viene corriendo hacia mí.

—¿Estás bien, Mirna? ¡¿estás bien?! —pone sus manos en mi cara para que lo mire, lo miro tomando aire.

—E-eso... creo —respondo. Hoseok suspira desconcertado y me abraza. Siento mojada mi mejilla que antes había sido atacada—. ¿Estás llorando? —le pregunto preocupada.

—Eso no es importante —se seca las lágrimas rápidamente y me mira, sus ojos estaban rojos—. Ahora me importas tú —dice y aspira con la nariz para que no le salga líquido.

—Si te importo, deja de llorar... me harás llorar a mí también —le abrazo más fuerte queriendo calmarlo—. Estoy bien, Horseok, estoy bien —le miro sonriente.

—¿Horseok? ¿donde lo escuchaste? —me mira curioso.

—Fue Tae y se me pegó —río sin muchos ánimos—, no sé el porqué pero lo dijo un poco tajeante.

—Déjalo —sonríe débilmente.

—Hablando de Tae... lo estuve buscando todo el rato —me paro, el piso estaba ligeramente sucio y él me imitó.

—Lo buscamos... obviamente yo a tu lado, no voy a dejarte sola sabiendo que está ese imbécil aquí.

—Gracias —vuelvo a abrazarlo y antes de separarme deposito un beso en su mejilla.

Rondamos la casa de nuevo, y entre frustración por fin lo encontramos, está en el living. Para mi sorpresa, lo veo demasiado feliz y divertido con otra chica, nunca he visto una cara y oído una voz tan puta como tiene esa mujer.

—¿Estás bien? —me mira Hoseok.

—Sí —dije firme mientras seguía viéndolo a lo lejos. Miro el candelabro—. Ahora vuelvo —comenté y me subí las escaleras.

Al llegar al segundo piso, me tapo la cara con la gorra y el cabello, y mis manos las oculto con unos guantes que me he quitado por el calor. Me acerco al candelabro y lo agarro para aflojarlo del techo, con muchos intentos es un éxito.
 El candelabro no soporta su peso en ese estado y cae donde se encuentran Tae y la puta esa. Él se da cuenta a tiempo y escapa de ese lugar, la mujer ve que el candelabro se dirige a ella, quiso correr pero el candelabro logra alcanzarla y la aplasta.

 Lo único que resivo a cambio son gritos de horror…

Tú me Perteneces a Mí... ¡Solo a Mí! |BTS| ©Where stories live. Discover now