Mi madre gritaba que no podía dormir hasta las 4 de la tarde, que tenía un pequeño que esperaba por mi, que debía ganarme la vida, yo más adolescente que adulto me hacía el sordo y me encerraba más en mi profundo cansancio. Tenía unas ganas enormes de decirle a mi madre que ya era un negro responsable que tenía cargos, que era respetado. Ojalá fuera tan fácil asumir tu realidad y que te la acepten, más la mujer que te trajo a la vida a luchar.
Ese día recuerdo levantarme y ver el color arrebol que cubría todo el edificio como si estuviese en llamas. Me tomé una ducha, preparándome para el "trabajo". Bajé a las 8 PM de nuestro piso y se me olvidó como de costumbre sacar las llaves.
Lamento no haberme quedado durmiendo toda esa tarde, de haber fastidiado a mi madre tanto como un pequeño diablillo y no haberme movido de ese lugar nunca más. Tantas preguntas me invaden, tanta incertidumbre por las consecuencias de acciones que uno ni siquiera las hace con intención de algo malo, o tal vez el destino quería hacerme reaccionar. De todas formas lo tomo como la enseñanza más grande de mi vida y mi punto más débil a la vez.
Es tan fuerte como tu vida está hundida en un abismo que no notas que puede ser aún peor. Solo te preocupas de sobrevivir y querer más de lo poco que tienes. Te pones tan pesimista que olvidas por lo que vives, tu pequeña familia.
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Buscándome la vida
AléatoireUna pequeña historia basada en la dura vida de ser negro, y la situaciones por superar. Lo importante de algunas cosas y lo que dejamos pasar. Abre los ojos y ve lo que es esencial.