Septima Parte

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Anna le tiende la mano, él la mira dudosa y la acepta, ambos se levantan, y Justin se queda allí de pie mirando el lugar donde su encuentra _____, se acerca y acaricia la lápida, cierra los ojos, queriendo imaginar que la acaricia a ella, como tantas noches hacia cuando lograba colarse en su habitación y no dormía por mirarla, por tocarla y recordarle todo lo que significaba para él.

Anna lo lleva a una tetería inglesa y pide un café y un trozo de tarta para cada uno, sabe que él no será capaz de comer pero lo intentará. Ambos se quedan en silencio, ella observándolo a él y él observando nada. Llega su pedido y da varios sorbos antes de hablar.

"Y bien, ¿me hablaras de ella?"

 

Ella… ______ Gregory, era un terremoto ¿sabes? Siempre tenía energía y quería hacer cosas, era agotador al principio salir con ella porque yo era muy vago, pero en pocos meses le cogí el ritmo, aunque nunca me gustó leer tanto como a ella, me encantaba ver la emoción de sus ojos al contarme sobre su nuevo libro favorito.

 

Y era bien, funcionaba entre nosotros, incluso cuando comencé a experimentar con las drogas ella seguía conmigo, peleábamos a veces, pero siempre volvía a mí. Eso me encantaba. Me hacía sentir poderoso al tener a la chica que quería.

 

Pero lo arruiné, simplemente fui un idiota que se metía de todo y deje de prestarle atención, deje de tener la energía que ella, de llamarla y hacer planes, de sentarme con ella en la cafetería y dejar que comiera de mi comida, porque le parecía divertido ver mi cara contenida al verla robarme patatas, deje de escuchar sus historias y de sentirme feliz al verla emocionada contando sobre sus libros favoritos.

 

Dejó de importarme. O al menos eso creía, mi mejor amigo, mi amante, mi novia, todo lo era la maría, la coca, toda esa mierda. Ella dejó de ser mi prioridad y se cuanto la herí con eso. Pero aquella noche, que probé LSD y amanecí con chicas y chicos desnudos a mi alrededor fue muy loco, caí de la nube cuando la vi allí, más herida que nunca mirándome.

 

- Oh Oops!, yo… te lo puedo explicar- tartamudee mientras me quitaba a la pelirroja de encima, ella se quejó aún media dormida
- ¡¿Qué demonios me vas a explicar?! Yo… oh dios mío, ¡no puedo creer que me hayas echo esto! - ella gritó y despertó a varios que estaban allí, se dio media vuelta y salió corriendo. Yo salí tras ella solo en calzoncillos. Y hacia un frío para cagarse. 
- ¡Escúchame, joder! Lo siento, no se que ha pasado yo solo… - y frene en seco. Ella se dio la vuelta con tanta rapidez y me golpeó en la cara con tantas ganas que me tambalee
- Hijo de puta, ¡esto no te lo perdono, Justin Bieber!- gritó y entonces me pateó en mis partes sensibles.

Me lo gané. Lo reconozco. Y ella se dio el gusto de patear mi culo varias veces. Yo seguí en las mismas, puede que peor, porque estuve cabreado conmigo por haberla lastimado y cagado de esa manera, ella ni siquiera me miraba y joder, eso dolía ¿sabes.

 

Y mi refugio eran las drogas, era lo bueno, lo divertido, relajante. Aunque en el fondo terminaba más destruido, no me sentía así al principio.

 

Pero me faltaba algo. Me faltaba alguien y era ella, ni siquiera mi familia, ni siquiera me importaban las peleas con ellos, con mis hermanos, el dolor en la mirada de mi Madre… sólo se trataba de ella. Siempre fue lo más importante para mi en el momento en que entró en mi vida, era uno de esos novios cursis y que amorosos. La adoraba. La adoro.

 

Comencé a extrañarla ¿sabes? Me di cuenta cuando me mostraron un video en el que estuve llorando toda la fiesta por ella. Entonces decidí no ser un capullo y pedirle perdón. Volvió a patear mi trasero, pero no me importaba, porque ella era la única chica que podía hacerlo y verse sexy así de enojada.

 

Él se queda en silencio, pensativo y no se siente seguro de querer seguir compartiendo sus pensamientos, sus sentimientos. Suspira profundo, pausadamente y toma un trozo de tarta, se queda en silencio durante cinco minutos más.

De una forma u otra, la reconquiste, volvimos. Y prometí ser un buen chico, prometí no hacerle daño y no engañarle, y también le aseguré que dejaré aquella que comenzaba a destrozar mi hogar. Era una doble cara, igual que con mi familia, decidí fingir.

 

Funcionó por un tiempo, por un largo tiempo. Pero todo explota tarde o temprano. ¿Cuánto llevaba así? Deje los estudios, deje de dormir en casa, incrementaron las peleas con ______ y fui tan imbécil la mayor parte del tiempo.

 

- ¡Se lo has contado, joder!- le grite y ella se quedó en la esquina de la habitación, alejada de mi, mientras me paseaba de un lado a otro nervios- ¡no te haces una idea de la mierda en la que me has metido!
- ¡Ellos tenía que saberlo, son tu familia!
- No es tu maldito problema- le grite y la estampe contra la pared, ella gritó asustada- no tenías derecho a ir de chismosa y contarles nada. 
- Solo estoy preocupada por ti, no quiero que… 
- ¡Cállate, joder! Cada segundo que hablas me cabreas más- dije y la solté de golpe
- Ahora estas muy nervioso, creo que lo mejor es que te vayas antes de que lleguen mis padres y hablemos en otro momento
- ¿Por qué lo hiciste?- le pregunte ignorando su sugerencia- ¿Por qué le dijiste a mis padres que estoy en las drogas? 
- Ellos lo sabían, no lo tenían confirmado, pero te has estado comportando tan raro que se lo olían, yo les fui sincera y les conté para que te ayudasen. 
- ¡Tu ayuda es una puta mierda!
- Deja de gritarme- murmura- no tienes ningún derecho y vete ya
- ¿Ahora me echas? ¡eres un zorra, joder!- y entonces la golpee.

Lo hice y un segundo después me sentí como la mierda por ello. Me echó de su casa, y no conseguí hablar con ella en más de un mes, me sentí repugnante. Y las drogas fueron mi mejor remedio. Mi amigo.

 

Y así iba sucediendo todo continuamente, siempre lograba hacerla volver, siempre lograba ganarme el perdón y cariño de todos, incluso en casa, pero no había cambiado, yo empeoraba y no lo veía. Mi familia no lo quería ver y ella tampoco.

 

Sólo el tiempo pasaba y yo no era conciente de lo que hacía. Del daño que me hacía mi mismo y a ellos. A ella. Dejé que poco a poco todo se derrumbe a mi alrededor y no supe hacer nada para detenerme. 

 

 

Dope | j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora