Canción 34:

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Él la observaba desde el salón del guardia de seguridad, había pedido muchos favores para poder estar allí, pero  para él  todos los sacrificios que hizo valieron la pena porque al fin estaba viendo a la dueña de su música, la musa que lo inspira, aquella melodía que sintoniza junto a los latidos de su corazón, y ya faltaba poco para poderla tener justo frente a él como tanto deseaba.

El chico de la guitarraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora