Carta numero °43°

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Al sentir ese destello tan fuerte por fin me di cuenta...habia despertado... Por fin me habia despertado.
Ahora nada tenia sentido...

Pero no podia pensar con clarida, mis ojos me pesaban no sabia lo que sucedía en este momento.

—...—me quede callado ante la situación. Me sente tranquilo en la cama, tallandome con cuidado mis ojos. Hasta que note algo diferente. —¿qué? —me pregunte a mi mismo, abmiraba con claridad mis manos. Ya no, no era aquel pequeño niño de 6 años.

Me quite aquella sabana que me cubría y tratando se recordar lo que en verdad paso, me acerque aquel baño de la habitación.

Abri el grifo y agarré un chorro del agua helada que caia de este. Me talle con fuerzas los ojos para despué mirarme en aquel espejo y registrar cada facción de mi rostro parecia como si tuviera 16 años de la nada.

—¿cuánto tiempo me quede dormido? —. Me volvi a preguntar pero esta vez el sonido de la puerta del cuarto me interrumpió de mis pensamientos.

Cuando sali del pequeño cuarto solo me quede mirando a aquella chica, que parecia tener mi misma edad.

—Rouge... —pronuncié inconcientemente.

—despertaste —. Hablo la chica mientras colocaba la bandeja de medicamentos aun lado de la cama.

Yo solo la mire confundido cuando ella se habia desecho de aquellas cosas corrió hacia mí y me abrazo con mucha fuerza.

—crei que no te volveria a ver... —las lagrimas no tardaron en aparecer, yo seguia cofundido.

Recuerdaba su imagen...

...Al igual que su nombre

Pero no sabia quien era, hasta que escuche otro ruido proveniente de la habitación. La chica al escucharlo se separó de mi apenada, dejándome paso para ver la figura de otra mujer.

Pero en este caso si sabia con exactitud quien era.

—mamá... —fue lo unico que salió de mis labios.

Ella seguia a ahí parada como la peliblanca. Cuando la mire bien mi rostro cambió de forma repentina, aun utilizaba pijama su rostro parecia no aver dormido en mucho.

Y aquel ruido era la taza que cargaba en sus manos cullos pedazos terminaron esparsididos en el suelo. Se podían ver sus ojos agarrar un imenso brillo.

Me acerque con lentitud hacia ella y la abrace con fuerza, yo era más alto que ella cosa que me provoco tristeza tanto tiempo estaba incosiente.

~•♢•~

Ya habia pasado un par de horas de que abri mis ojos.

Estaba ahora sentado en la imensa cama mirando con serteza los dedos que se marcavan en mi calcetines. Escuchando cada palabra cada detalle que salia de la boca de ambas mujeres.

Cada detalle era un nuevo recuerdo de aquel sueño...

Todo el rompecabezas cual le quedaba pocas piezas se armaba con cada referencia que ellas daban.

Rouge...

Al parecer ella era mi pequeña hermanita la unica que consolaba a mi madre en todo tiempo.

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